De hecho fueron 3.000 las que se presentaron de candidatas a esta décima edición celebrada bajo el condicionante de la pandemia y de las que salieron las 33 finalistas que compitieron desde sus casas.
Aquino, ingeniera agrónoma, licenciada en Bellas Artes y madre de dos hijos, fue hoy galardonada oficialmente en un hotel del centro de Asunción al que se desplazó desde el departamento de Caaguazú, a unos 180 kilómetros de la capital.
A Aquino, de 32 años, le acompañaba en la gala Bárbara Sanabria, una diseñadora de moda de 27 de la localidad de Caacupé que obtuvo el título de Primera Princesa.
Hubo premio también para una extranjera, el de Miss Fotogénica, para la austríaca Stella De Jaegher, de 42 años y residente desde hace más de una década en la turística ciudad de Ypacaraí, donde regenta una posada.
En una edición con cinco categorías, el título de Miss Amistad fue para Rocío Martínez, de 35 años, que como la anteriores recogió el premio en ese hotel capitalino, en una ceremonia en la que anteriores reinas del concurso les impusieron las bandas correspondientes.
La sorpresa de última hora fue Cindy Arguello, de 29 y laboratorista en una clínica estatal, que rechazó el premio de Segunda Princesa para expresar su disconformidad con la decisión del jurado, compuesto por una decena de exparticipantes, según informó la organización.
Tras esa decisión, ese título recayó en Leticia Paredes, de 27 años y natural de Ciudad Del Este, la segunda urbe paraguaya.
Avatares de un concurso que recuerdan a incidencias de los de belleza al uso, pero que a los diez años sigue abanderando la filosofía para la que fue creado, de acuerdo a Mike Beras, el fundador de la iniciativa.
"El propósito era dar un espacio para las mujeres con sobrepeso en los concursos de belleza y en los medios, pero cuando empezamos a profundizar y hablar mucho con las chicas me di cuenta que sus problemas se extendían a comprar ropas, conseguir trabajo y que realmente eran tratadas como ciudadanas de segunda categoría por tener sobrepeso", dijo a Efe.
En ese sentido, Beras afirma que Miss Gordita sigue vigente como lanza de concienciación y colaborando para "que se pueda entender que las mujeres con sobrepeso y obesidad necesitan respeto" y no deben ser discriminadas por esa razón.
No obstante consideró la obesidad como "una enfermedad que se debe combatir", por lo que el concurso alienta a las participantes a bajar de peso, cubriendo tratamientos de salud con especialistas y asistencia por parte de una sicóloga.
La violencia contra la mujer ha sido también tratada en charlas durante los meses en lo que se organiza el concurso, como parte de una realidad que está muy presente en Paraguay.
"El machismo aun es fuerte aquí. La independencia de la mujer paraguaya actual cuesta caro para ellas. Muchos hombres aún las tratan como su pertenencia", señaló Beras.
Este año de pandemia el concurso tuvo como proclama la vacunación de las paraguayos con sobrepeso, en el momento en que el Gobierno dosificaba las dosis por franjas etarias debido a la insuficiente disponibilidad de biológicos.
Ha sido este fin de semana cuando la cartera sanitaria, que ha insistido en la obesidad como uno de los factores de riesgo ante la covid-19, comenzó una vacunación centrada entre las personas de 18 y 49 años, pero solo a los afectados por enfermedades de base o algún tipo de sobrepeso.
Las finalistas se llevan como premios tratamientos de look con especialistas, así como kits de productos para el cuidado de piel, asistencia odontológica, además de un ajuar de prendas, entre otros.