Los libros que nutrieron el espíritu del Duque Blanco han inspirado recientemente la guía “El club de la lectura de David Bowie”, pero el artista británico, fallecido el 10 de enero de 2016 a los 69 años, no llegó a publicar nunca su biografía.
Por eso “Bowie por Bowie” se propone ser “lo más parecido a una autobiografía” suya que se puede encontrar en el mercado editorial. Sean Egan, escritor y periodista musical de larga trayectoria, recopila en este volumen, publicado en español por Libros Cúpula, una selección de destacadas entrevistas que Bowie concedió a medios anglosajones desde 1969, cuando despuntaba con “Space Oddity”, hasta 2003, el último año en el que el artista mantuvo contacto directo con los medios de comunicación.
Las entrevistas permiten reconstruir desde sus comienzos la carrera de uno de los músicos más influyentes, que ya en 1972 era capaz de vislumbrar el lugar que le deparará el destino: “Sé que cuando alcance la cima y sea hora de desaparecer habré dejado huella”. La frase procede de la que Egan considera “probablemente la entrevista más famosa a David Bowie publicada nunca”.
Apareció el 22 de enero de 1972 en la revista británica “Melody Maker” y en ella un provocador y ambivalente Bowie declara que es gay. “Pese a que por entonces no era una gran estrella, aquel acto fue revolucionario: con aquella breve estocada había puesto de su lado la adoración adolescente”, escribe Sean Egan en la introducción del libro.
Estamos en la antesala de “Ziggy Stardust”, la primera de las grandes encarnaciones de Bowie en un personaje galáctico, inspirador de uno de los álbumes fundamentales de la historia del rock. En la siguiente entrevista, realizada solo seis meses después de la anterior, Ziggy ya ha convertido a Bowie en estrella. Y es el entrevistador quien asegura ahora que “David Bowie va a ser enorme”.
Bowie buscó la complicidad de la prensa especializada para construir sus sucesivas propuestas musicales durante los años setenta, un período en el que, como recuerda Egan, el periodismo musical vivió una edad de oro.
Tres décadas después, la última entrevista de “Bowie por Bowie” muestra a un artista otoñal, más preocupado del cuidado de su hija de tres años que de cambiar el mundo a través de la música, y que se confiesa “muy cómodo” en la relación con sus seguidores.
“No sé qué sucedió, si es que he tenido una hija recientemente o qué... No es el que el trabajo no sea una prioridad, pero lo pone en perspectiva”, afirmaba. La entrevista, publicada en noviembre de 2003 por la revista británica The Word, sirvió para que el artista repasara su carrera de la mano de Paul Du Noyer, quien la había seguido desde sus inicios en los ya lejanos años sesenta, y en ella Bowie reveló que trabajaba en una novela cuya acción comenzaba “con el sindicalismo femenino en el sector del comercio del este de Londres en 1890”.
“Precisa de unos cien años de investigación y no la completaré en lo que me queda de vida, pero me lo paso bien”, admitía el gran camaleón del rock, quien volvía a hablar del futuro: “Quizá mis notas emerjan cuando muera”.
Esta entrevista final se publicó en vísperas del lanzamiento del álbum “Reality”. Pasaron diez años hasta que el mundo volvió a tener noticias de David Bowie con “The next day”. Por entonces el artista británico sólo se comunicaba con el público a través de su productor y principal colaborador, Toni Visconti.
Con él trabajó en “Black star”, publicado en el 69 cumpleaños de Bowie y dos días antes de su muerte. Un año antes, en 2015, se había publicado en Estados Unidos la primera edición de este “Bowie por Bowie”, que en su versión española cuenta a modo de epílogo con un texto escrito por Visconti en 2017.
“Somos afortunados de haber vivido en el mismo tiempo que él. Lo vimos, lo escuchamos cantar y hablar, lo abrazamos, lo adoramos y lo recordamos cada día, constantemente”.