Pionera de la música ranchera, Isabel Vargas Lizano, "La Chamana", falleció en un hospital de la ciudad de Cuernavaca donde fue internada días atrás.
"Silencio, silencio: a partir de hoy las amarguras volverán a ser amargas (...) se ha ido la gran dama Chavela Vargas", publicó la cuenta oficial de la cantante en Twitter, la cual tiene más de 90.000 seguidores.
“Ella estuvo muy consciente hasta el último momento y expresó buenos deseos para que México, que está muy convulsionado, mejore y dijo que se lleva los mejores recuerdos y los aplausos de sus público”, explicó el médico de la artista, José Manuel Nuñez.
A CAPILLA ARDIENTE, CON MARIACHIS
Los mariachis de la plaza Garibaldi de la capital mexicana recibirán mañana junto a la cantante Eugenia León y los “macorinos” los restos de Chavela Vargas para acompañarla hasta el Teatro de Bellas Artes, donde se instalará la capilla ardiente, explicó su amiga Mariana Gyalui.
Tras proceder a la incineración de los restos de Vargas, sus amigos procederán a esparcir sus cenizas en el cerro del Chalchi, frente al que ella tenía su casa de Tepoztlán (Morelos).
Gyalui ha explicado a Efe que cuando Chavela Vargas estaba hospitalizada en Madrid -entre el 12 y el 21 de julio- “ella sabía en su fuero interno que se moría y por eso se quería ir a toda costa, porque quería morir en sus casa”, a la que regresó el 26 de julio.
La cantante, ha explicado su amiga, que se ocupó de ella mientras estuvo hospitalizada en Madrid, ha estado acompañada al final por su también amiga y biógrafa María Cortina y sus “ángeles”, es decir las dos enfermeras que también viajaron con ella a España, Lorena y Liliana.
Mañana, el féretro de la cantante de “ La llorona ” será trasladado a la plaza Garibaldi, donde se reúnen a diario los mariachis, para rendirle un homenaje en el que participarán además la cantante Eugenia León y los guitarristas de Vargas, Juan Carlos “Che” Allende y Miguel Peña, a los que llaman familiarmente los “macorinos”.
Después, sus restos serán trasladados al Teatro de Bellas Artes de la capital mexicana, donde sus compatriotas de adopción -nació en San Joaquín de Flores (Costa Rica) - podrán rendirle un último tributo.
“Ojalá todos pudiéramos morir como ella, sin que nadie se empeñe en prolongarnos la vida artificialmente, con las cuentas claras y con la misión de vivir cumplida”, ha añadido una emocionada Gyalui.