El cantante, que lucha contra un cáncer del colon y del hígado, entró en coma la semana pasada tras haber contraído una neumonía, según su familia y su sitio internet oficial.
Robin Gibb pudo hacer un signo con la cabeza y comunicarse con los miembros de su familia, que se encuentra a su lado en un hospital del oeste de Londres, declaró el sábado su portavoz, Doug Wright, sin dar más detalles.
Barry Gibb, hermano del cantante y también miembro de los Bee Gees, cantó para tratar de sacar de coma al enfermo, dijo Dwina, mujer del cantante.
Asimismo, sus tres hijos interpretaron música a su lado, añadió.
Gibb, que pertenece a uno de los grupos que más discos han vendido en el planeta, fue operado de los intestinos hace 18 meses.
En ese entonces los médicos le diagnosticaron cáncer del colon y del hígado.
De regreso ante el público en febrero, Gibb declaró que su tratamiento lo había mejorado de manera “espectacular”, haciendo renacer su esperanza de que el cáncer retrocediera.
Pero, después, su salud se deterioró mucho.
Gibb estaba muy enfermo para participar el martes en el lanzamiento de su primera obra clásica, “El Réquiem del Titanic”, compuesta con su hijo Robin-John Gibb para celebrar el centenario del naufragio del barco.
Necesitaron más dos años para concebir y terminar esta obra, que fue grabada con la Royal Philharmonic Orchestra.
Estaba previsto que Gibb interpretase la canción “Don’t Cry Alone” en el estreno, en el Central Hall de Westminster, en Londres.
“Era el único lugar donde quería estar de verdad desde hace dos años y medio, y no poder ir fue muy triste” para él, declaró el jueves su hijo RJ Gibb a la cadena de televisión BBC.