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La leyenda del pop, de 62 años, ingresó la pasada semana en una clínica privada de Londres, donde ha estado acompañado por su esposa Dwina, su hermano Barry y sus tres hijos.
Gibb fue sometido hace un año y medio a una operación intestinal en la que se le detectó un tumor y tras la que se le diagnosticó cáncer de colon y de hígado, del que parecía estar recuperándose.
Tras temerse por su vida, el músico ha respondido a su familia tras salir del estado de coma, según explicó anoche a los medios británicos su representante, Doug Wright.
Ese portavoz confirmó que Gibb había podido asentir con la cabeza y comunicarse con sus familiares, que no se han separado de su lado.
Los familiares del músico indicaron que durante su estancia en el hospital le han “cantado” y su esposa, Dwina, reveló que Gibb lloró cuando ella le cantó el tema “Crying”, de Roy Orbison.
El músico canceló recientemente su asistencia en Londres al estreno de “Titanic Requiem”, un álbum basado en el hundimiento del famoso transatlántico que compuso junto con su hijo RJ Gibb.
En 2011, Gibb fue sometido a una operación por una obstrucción intestinal, el mismo problema que provocó la muerte de su hermano gemelo Maurice, también integrante de los Bee Gees, en 2003.
La formación británica, en la que también estaba el hermano mayor Barry, fue uno de los grupos más famosos de los años 70 y 80, con más de 200 millones de discos vendidos y temas tan conocidos como “How Deep is your Love” o “Stayin' Alive”.