“El origen de los guardianes” ("Rise of the Guardians") se estrena este miércoles en Norteamérica -un día antes del tradicional feriado estadounidense de Acción de Gracias- y el próximo 30 de noviembre en Paraguay.
La película dirigida por Peter Ramsey, un veterano del “story-board” (el diseño de los planos previo a la realización), pone en escena a personajes míticos de la infancia: Papá Noel, el Conejo de Pascua, Sandman (un personaje que ayuda a los niños a dormir) y el Hada de los Dientes, que cumple en Estados Unidos una función similar al “Ratón Pérez” de España e Hispanoamérica.
El protagonista es Jack Escarcha, un muchacho travieso que según la tradición anglosajona carga el invierno consigo.
Los cinco deben salvar al mundo y a sus niños del siniestro Pitch, decidido a propagar el miedo en las cuatro esquinas del globo.
Los cuatro guardianes piden la ayuda de Jack Escarcha, quien ignora todo sobre ellos y descubre al mismo tiempo sus poderes mágicos -es el maestro del hielo y el frío-, así como su destino.
“Queríamos que los personajes fueran un poco diferentes a los que tú tienes normalmente en la cabeza como Santa Claus o el Conejo de Pascua, que son personajes demasiado inofensivos para funcionar en el mundo como lo conocemos ahora”, explicó a la AFP Guillermo del Toro, productor del filme y director de “Cronos” (1993), “Hellboy” (2004) y “El Laberinto del Fauno” (2006).
“Queríamos personajes que se sintieran un poco más vivos, un poco más actuales, pero sin caer en el posmodernismo (...) Personajes a la vez clásicos, míticos, pero reformulados”, agregó el cineasta mexicano.
Un Papá Noel con acento ruso y los brazos tatuados —"malo” en el derecho, “bueno” en el izquierdo— y un Conejo de Pascua australiano armado con un boomerang y huevos explosivos son algunas de las “libertades” que se tomaron los realizadores.
Para el español Javier Recio Gracias, quien trabajó en el “story-board” del filme en estrecha relación con los guionistas, no fue fácil hallar un justo equilibrio entre lo clásico y lo moderno.
“Desde el punto de vista de la historia, ha sido una película muy complicada de abarcar, porque son personajes que tienen su propia mitología”, explicó a la AFP. “Lo difícil para nosotros fue construir las reglas de este universo. ¿Cómo son los guardianes? ¿Son mortales, inmortales? ¿Qué les debilita?”.
Pero para Guillermo del Toro, lo más importante era darle un verdadero lugar al lado sombrío de la historia, personificado por Pitch, a quien el británico Jude Law presta su voz en la versión original en inglés.
“Todos los grandes cuentos de hadas y todas las grandes historias para niños tienen un lado oscuro, que es con el que hay que crear. Porque sin oscuridad, no puedes percibir la luz. Si todo fuera luz, sería un borrón brillante. Es muy bonito el claroscuro porque te permite contar una historia de manera más redonda”, dijo.
De hecho, el filme no teme abordar temas como la muerte, el miedo o la tentación del mal, a través del personaje de Jack Escarcha.
“Queríamos hablar del miedo y la fe. Queríamos hablar de cómo Jack es muy similar a Pitch y, a la vez, muy diferente. Porque Jack es un personaje que quiere finalmente canalizar su soledad por el lado social y Pitch lo trata de canalizar por el lado antisocial”.
Del Toro, cuyo “Laberinto del Fauno” se sumergió en la psique de una niña que vivía entre su mundo imaginario y la realidad de la España franquista, rechaza ese estado angelical que a menudo se adjudica a la infancia.
“Para los niños, es muy importante poder hablar de emociones complejas”, observó. “Cuando eres nino, la gente cree que eres todo alegría y dulzura, pero en realidad tu vida emocional es muy compleja”.