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"El Gato Negro y Otros Cuentos", título del volumen que presenta hoy la BPAU, solo costará 10.000 guaraníes, mientras que el precio del diario será el habitual de 5.000 guaraníes.
El cuento, que presenta una magnífica disposición técnica en cuanto a estructura y tiempo narrativo, pues no en vano su autor es estimado como el mejor autor de relatos cortos de la historia de la literatura, y el primero en dotar a sus tramas y desenlaces de una impronta lógica y científica, está escrito en primera persona y desde un ámbito de intimidad personal que resulta especialmente subyugante para el lector.
Y afirma: "Una noche, en ocasión de regresar a casa completamente ebrio, me pareció que el gato evitaba mi presencia. Lo agarré, pero me hizo con los dientes una leve herida. De mí se apoderó repentinamente un furor demoníaco y en aquel momento dejé de conocerme. Pareció como, si de pronto, mi alma original hubiese abandonado mi cuerpo y una ruindad superdemoníaca, saturada de ginebra, se filtró en cada una de las fibras de mi ser. Del bolsillo de mi chaleco saqué un cortaplumas, lo abrí, agarré al pobre animal por la garganta y, deliberadamente, le vacié un ojo".
Es justamente esta gradual dominación de la voluntad del protagonista por parte de un furor irracional, hondo y gélido, sin duda generado por la ingesta de alcohol, el numem que manifiesta este excepcional relato breve, que está además dotado de todas las virtudes literarias que convirtieron a su autor en el escritor acaso más importante y significativo de la historia de Estados Unidos.
Particular atención merece, en este sentido, la prosa de Poe, tremendamente bella, de estirpe clásica, formal y grave, de gran introspección, muy sólida y con un intenso vuelo lírico y en cierto modo metafísico.
Nacido en Boston el 19 de enero de 1809, Edgar Allan Poe vivió una existencia torturada y afligida, sobre todo debido a su intenso alcoholismo, condición que finalmente le causó la muerte en 1849. Huérfano de ambos progenitores en su infancia, fue criado por un familiar, John Allan, quien le repudió en su primera juventud. Depresivo y melancólico, pretendió ahogar en ginebra sus dolores íntimos.