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Elenco: Marina Sánchez (Hanna Glawari), Wilson Diéguez (Danilo), Pedro Acosta (Barón Mirko Zeta), Maia Ayala (Valencienne ‘‘Fifí’’), Hussan Wong, Adriana Zaputovich, Rubén Vistoso, Laura Rovira, Julián Miltos, Jazmín Santiviago, Carlos Torres, Alicia Cristaldo, Johann Larreinegabe, Teresa Cassanello, Francisco Otarola, Cecilia Zaputovich, Hernán Correa, Alicia Alvarenga, Robson Maia, Mary Carmen Aquino (parejas), Sofía Gibson, Patricia Manrud, Mariana Denis, Karina Zarza, Prescelind López, Mónica Cueto, María José Solís, Melanie Dubusse (coristas), Rodrigo Caballero, Diana Brítez, Ana Carolina Vera (personal de escena). Música de Franz Lehar. Diseño de vestuario de Ricardo Migliorisi. Escenografía de Tessy Vasconsellos. Iluminación de Ñeco Rabito. Producción general de Amigos del Ballet. Hoy y mañana, a las 15:00 y 18:00, en salón de convenciones del Banco Central (Federación Rusa y Sargento Marecos).
Nuevamente el ballet está dando que hablar. Y para bien, porque esta puesta es un paso adelante en la conformación de un elenco cada vez más profesional para montajes exigentes no solamente desde el punto de vista técnico de los bailarines, sino también de toda la infraestructura que demanda un estreno mundial como es el caso de la coreografía de Beiro.
El maestro cubano ya es bien conocido en nuestro medio y logra sacar a los bailarines un resultado más que óptimo. Es cierto que todavía falta mayor profesionalismo y perfección, en particular a las figuras más jóvenes, que debemos traer gente de Cuba, Chile, Uruguay, Francia para los roles principales, pero ya el grueso del elenco es local.
La historia de esta opereta es bien conocida y en el caso del reparto que actuó en la noche del jueves, en el preestreno, se pudo notar el nerviosismo de la primera función, además de los cambios obligados por lesión a última hora que no restaron brillo al resultado final.
El vestuario, la escenografía, las luces, el todo de esta propuesta coordinada por Miguel Bonnín es para seguir creyendo en el afianzamiento del nuevo ballet nacional.
José Luis De Tone
Nuevamente el ballet está dando que hablar. Y para bien, porque esta puesta es un paso adelante en la conformación de un elenco cada vez más profesional para montajes exigentes no solamente desde el punto de vista técnico de los bailarines, sino también de toda la infraestructura que demanda un estreno mundial como es el caso de la coreografía de Beiro.
El maestro cubano ya es bien conocido en nuestro medio y logra sacar a los bailarines un resultado más que óptimo. Es cierto que todavía falta mayor profesionalismo y perfección, en particular a las figuras más jóvenes, que debemos traer gente de Cuba, Chile, Uruguay, Francia para los roles principales, pero ya el grueso del elenco es local.
La historia de esta opereta es bien conocida y en el caso del reparto que actuó en la noche del jueves, en el preestreno, se pudo notar el nerviosismo de la primera función, además de los cambios obligados por lesión a última hora que no restaron brillo al resultado final.
El vestuario, la escenografía, las luces, el todo de esta propuesta coordinada por Miguel Bonnín es para seguir creyendo en el afianzamiento del nuevo ballet nacional.
José Luis De Tone