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De los Ríos también es una de las coordinadoras del Primer Simposio Internacional de Teatro, que del 3 al 6 de mayo pasado se llevó adelante en el Centro Cultural Paraguayo-Americano, con importantes ponentes locales y extranjeros.
Precisamente, del exterior fueron también los grandes títulos, como el estreno en el Festival Internacional de Teatro de Edimburgo, Escocia, de la versión en inglés de El arte del silencio, de Jennifer S. Hartley, elegida entre las 5 obras finalistas del premio Amnesty de Libertad de Expresión.
A nivel local, sin duda, el gran éxito, tanto por calidad como por lleno total y algo casi inédito en años, fue Perdidas en el instante perfecto, versión libre y dirección de Tito Chamorro y Paola Irún sobre Dos perdidos en una noche sucia, de Plinio Marcos, con Paola Irún y Sonia Amarilla, con un equipo espectacular de soporte técnico-artístico.
La Fundación Arlequín Teatro tuvo altibajos en su temporada, con Hijo de Hombre, una reposición de La Piaf, Harold & Maude, Noche de boda.
La revista tuvo su punto alto y su bajo, con Habemus locus II, censurada en el Banco Central, en temporada en el Paraguayo-Japonés con mucho cuerpo desnudo y poca calidad, mientras Calolo Rodríguez intentó imitar el estilo con una pobre versión de I poi la piola.
El Estudio brilló con sus montajes de estudiantes, y en el Juan de Salazar se estrenó ¡Por si no sabés! a base de una idea de Salvador Vayá, con dirección y coordinación de Agustín Núñez.
El Cepate organizó su Semana y se entregó el Premio Arturo Alsina, renovó su mesa directiva con gente nueva; otro montaje significativo fue Elisa Lynch y Pancha Garmendia, de Moncho Azuaga, lo mismo que Oedipais, de Wal Mayans, ambos en el Salazar.
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