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La 57ª edición de la Bienal de Venecia, la más antigua y una de las mayores y más importantes del mundo, abrió sus puertas el sábado pasado. El Pabellón de Chile fue ocupado por el artista Bernardo Oyarzún con una instalación de 1.500 máscaras mapuche rodeadas de letreros leds que hacían correr los casi 7.000 apellidos mapuche que aún se encuentran vigentes.
En esta obra participaron dos paraguayos: Ticio Escobar, curador, y Osvaldo Salerno, como museógrafo. La curaduría de Ticio Escobar fue ganada por un concurso internacional y decidida por un jurado, también constituido internacionalmente. La obra se refiere a la situación conflictiva del pueblo mapuche, pero lo hace estrictamente en términos de arte contemporáneo que impiden que la misma sea leída en clave antropologista o exótica, o bien como pura denuncia política.
Artistas de diferentes generaciones, muchas mujeres y numerosos jóvenes, algunos desconocidos, otros que han incursionado en varios continentes y culturas, son los invitados de honor de la nueva edición de la Bienal de Arte, que permanecerá abierta hasta el 26 de noviembre.
Bajo el lema “Viva Arte Viva”, la directora artística, la francesa Christine Macel, (jefa de conservación del Centro Pompidou de París), invitó a 120 artistas de más de 50 países, -de los cuales 103 participan por primera vez—, a narrar “sus universos” y mostrar la vitalidad del mundo en que vivimos.
Un notable número de latinoamericanos participan, entre ellos la argentina Lilian Porter, el brasileño Ernesto Neto, el mexicano Gabriel Orozco, el fallecido chileno Juan Downey, la cubana Zilia Sánchez o el colombiano Marcos Avila-Forero.
Además de la exposición de arte contemporánea con la dirección de Macel, 85 pabellones de los países participantes, con su propio curador, completan la visión internacional y pluralista del prestigioso certamen. Argentina, con la escultora Claudia Fontes, México, con las particulares creaciones de Carlos Amorales, Chile, con las máscaras mapuches seleccionadas por Bernardo Oyarzún, son algunos de los países de América Latina que participan con su propio pabellón.