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Ante una sala de conferencia colmada en el edificio de la Fundación “La Piedad” (avenida Artigas, esquina de Dr. Barbero, Asunción) se realizó en la noche del viernes la presentación del libro de fotografía etnográfica “Hijos de la selva: La fotografía etnográfica de Max Schmidt.
El acto contó con la presencia de sus autores, los argentinos Federico Bossert y Diego Villar, y de su editor, el renombrado actor estadounidense Viggo Mortensen, quienes hablaron del proyecto y su realización, y la figura del antropólogo alemán Max Schmidt.
El libro, que saldrá a la venta el próximo mes de octubre a través de la editorial de Mortensen, Perceval Press, reproduce fotografías y documentos del etnólogo alemán Max Schmidt, quien durante las primeras tres décadas del Siglo XX se dedicó a documentar las culturas indígenas de Brasil y Paraguay.
En 1931, Schmidt se convirtió en el director del Museo de Etnografía e Historia de Asunción, tras haber sido invitado por el Dr. Andrés Barbero, por entonces presidente de la Sociedad Científica de Paraguay. Los negativos de las fotografías se conservan aún en el Museo, hoy conocido como el Museo Etnográfico “Andrés Barbero”.
En 2009, Mortensen, Bossert y Villar -los dos últimos miembros del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Universidad de Buenos Aires- habían venido a Paraguay para realizar la selección preliminar de fotografías que se incluirían en el libro.
Durante la conferencia, Villar señaló que la carrera antropológica de Schmidt en Brasil y Paraguay se vio marcada por infortunios, ya que el explorador era frecuentemente víctima de robos y accidentes durante sus expediciones a las zonas indígenas. El libro hace un recuento de los periplos de Schmidt, quien a pesar de todas las dificultades logró establecer un legado que los autores considera invaluable para la memoria histórica paraguaya y mundial.
Bossert, por su parte, remarcó que las fotografías de Schmidt son “un testimonio privilegiado de una vida indígena que estaba destinada a desaparecer pronto”, y una mirada irremplazabla a cómo vivían, por ejemplo, los indígenas del Chaco paraguayo luego de la guerra entre Bolivia y Paraguay en la década de 1930, cuando grandes porciones de sus tierras fueron arrasadas por la contienda.
Pero más allá del valor del trabajo de Schmidt como hombre de ciencia, los autores dijeron tener como objetivo también rescatar el “humanismo” evidente en las fotografías del alemán, y la percepción positiva, “casi romántica” de la vida indígena que se percibe en ellas.
Mientras tanto, Mortensen comentó que él se vio atraído al proyecto por la belleza y calidad de las fotografías de Schmidt, y se sintió impactado por el hecho de que hayan surgido así aún a pesar de las dificultades que enfrentaba el alemán durante sus viajes.
El actor y editor relató que en 2009, gracias a la generosidad del Museo Etnográfico “Andrés Barbero” que conserva los negativos originales en vidrio de las fotografías de Schmidt, él pudo llevar una selección de negativos a Estados Unidos, donde fueron reproducidos en la calidad más alta posible para su publicación en el libro.
“Estas fotos son el legado del pueblo de Paraguay”, comentó, e hizo un llamado a que las autoridades colaboren económicamente con la preservación y promoción de ese patrimonio.
Mortensen confirmó además que existen planes para publicar el año que viene un segundo libro de formato similar, enfocado en el trabajo de la antropóloga Branislava Susnik, quien sucedió a Schmidt en la dirección del Museo de Etnografía de Asunción.