Una obra “inquieta” que no se deja encajar “fácilmente” en categorías y que funciona como un anzuelo para el lector son los rasgos más destacados de los trabajos del poeta luso, dijo a EFE el investigador colombiano Jorge Uribe, uno de los organizadores del coloquio “O dia triunfal de Fernando Pessoa”.
El uso de heterónimos, una técnica de la que Pessoa se sirvió para crear autores ficticios que producen registros literarios diferentes, sirvió para generar en torno al escritor “una atmósfera de constante validación de la autoría”.
Para el investigador, lo relevante no es que Pessoa firmase como Bernardo Soares, Álvaro de Campos, Ricardo Reis o Alberto Caeiro, cuatro de sus heterónimos, sino que lo esencial es la relación que teje entre ellos. “Ricardo Reis es más real porque Álvaro de Campos habla mal de él”, expuso Uribe.
La construcción de esta singular relación entre los heterónimos provoca la necesidad de volver a leer otras obras para satisfacer la curiosidad y generar, así, inconformismo en el lector, que no tiene suficiente con un único poema, señaló.
Para el investigador, la complejidad y flexibilidad de los trabajos de Pessoa es tal que deja “en manos” del lector el compromiso de encajar la obra en un determinado género, ya sea filosofía, poesía o ensayo.
Una tarea complicada, pues los campos de interés del escritor eran tan vastos que abarcaban desde filósofos clásicos como Platón hasta los asuntos de magia y ocultismo tratados por el británico Aleister Crowley (1875-1947).
“El lector se ve obligado a asumir una creencia, las suyas propias, no las de Pessoa. Eso es lo que le hace ser muy provocativo”, arguyó el estudioso colombiano.
De Pessoa, la crítica destaca el poemario “Mensaje” (1934) y la famosa novela “El libro del desasosiego”, escrita con un estilo de diario, que apareció años después de su fallecimiento, el 30 de noviembre de 1935, y atribuida al heterónimo de Bernardo Soares.
Durante las dos jornadas del coloquio, celebrado en la Fundación de Calouste Gulbenkian de la capital lusa, también intervinieron otros conocedores de la obra de Pessoa.
Los profesores portugueses António M. Feijó y Humberto Brito y el estadounidense Richard Zenith, traductor al inglés de las obras de Pessoa y galardonado con el propio Premio Pessoa 2012, destacaron entre los participantes, que revisaron la obra del poeta lusa desde diferentes perspectivas.
El acontecimiento incluye también un concurso de cortometrajes sobre el literato y promueve este domingo un paseo que evoca los lugares predilectos del escritor, al que comúnmente se le retrata con aire circunspecto adornado por sus inseparables gafas y característico sombrero.
El coloquio sirvió además de pretexto para conmemorar “A Ode Triunfal”, poemario del que se cumplen cien años y compuesto por 240 versos firmado por Álvaro de Campos.
Interesado en el ocultismo y el misticismo, y anglófilo declarado -pasó su juventud en Durban (Sudáfrica)-, Fernando Pessoa era un políglota que escribía en portugués, inglés y francés.
Entre muchos otros temas de interés, abordó corrientes místicas como el “sebastianismo”, inspirada en el regreso triunfal del rey portugués Sebastián I (1554-1578), fallecido en una expedición en Marruecos y cuya desaparición precipitó el dominio español durante 80 años.
También trató sobre el “Quinto Imperio”, un tema profético de origen milenario recurrente en la literatura lusa por el que Portugal ostentaría el quinto gran imperio de la historia.
Ambos asuntos están precisamente incluidos en una obra de compilación coordinada por Uribe y el portugués Pedro Sepúlveda, titulada “Sebastianismo e Quinto Império” (2012).
Como ha ocurrido con otros artistas, el revolucionario estilo literario de Fernando Pessoa solo alcanzó fama mundial varias décadas después de su muerte (1935).
Hoy en día está considerado como una de las mayores figuras literarias de Portugal a la altura de Luiz Vaz de Camoes (1524-1580) o José Saramago (1922-2010).