Su hija, la cineasta Ana Bayer, publicó un mensaje en italiano, alemán y español: “Una noticia muy triste, falleció mi papá”, escribió. El destacado intelectual que se consideraba “un anarquista y pacifista a ultranza”, fue el principal investigador de los sucesos ocurridos en la llamada Patagonia trágica, sobre la resistencia sindical anarquista de obreros y peones que terminó en una matanza entre 1920 y 1921 en esa zona del sur argentino.
Su libro de investigación y testimonios “Los vengadores de la Patagonia Trágica”, escrito en el inicio de la década de 1970, inspiró la película “La Patagonia Rebelde” de Héctor Olivera (1974), protagonizada por los actores Héctor Alterio, Federico Luppi, Pepe Soriano y Luis Brandoni y de la que Bayer fue coguionista.
EL ÚLTIMO ANARQUISTA
Las redes sociales se hicieron eco de la noticia, que lamentaron organismos de derechos humanos, colegas, partidos y dirigentes de izquierda y de centroizquierda que despidieron “al último de los anarquistas románticos”.
“El periodista debe manejarse por la ética, cuidar la verdad y estar siempre del lado de los que sufren”, citó un tuitero un pensamiento del propio Bayer. Amnistía Internacional, Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS (de desaparecidos), Correpi (contra la violencia institucional) fueron algunas de las organizaciones que expresaron su dolor por la partida del escritor.
“Luchador indoblegable”, “un imprescindible”, “maestro”, se repitieron en las redes para honrar a “uno de nuestros grandes intelectuales, un defensor de las grandes causas nacionales, de enorme valentía”, según escribió el cineasta y senador Fernando “Pino” Solanas, su contemporáneo.
El club Rosario Central también despidió a uno de sus célebres hinchas: “Lamentamos su partida. Desde la tercera bandeja seguirá defendiendo nuestros colores”, tuiteó la entidad santafesina desde su cuenta oficial en homenaje al autor de “Fútbol Argentino, rebeldía y esperanza”. Su imagen de anciano de cabellera y barba blanca haciendo un corte de mangas frente a una cámara se hizo viral.
CENSURA Y EXILIO
Censurado y amenazado por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) en 1975, el autor de “Severino de Giovani, el idealista de la violencia” se exilió en Berlín donde tuvo que permanecer durante toda la última dictadura (1976-1983). Tras la recuperación democrática regresó a su país pero durante muchos años compartió su vida entre Buenos Aires y Berlín.
Considerado uno de los grandes intelectuales argentinos del siglo XX, promovió la lucha por los derechos humanos e impulsó fuertemente los juicios por los crímenes de la dictadura en Argentina. De familia alemana, nació el 18 de febrero de 1927 en la provincia argentina de Santa Fe, y a los 25 años partió hacia Alemania donde estudió Historia en la Universidad de Hamburgo hasta 1956.
Sus primeros artículos aparecieron en Noticias Gráficas, El Esquel de la Patagonia y en el diario Clarín. En 1958 fundó La Chispa, al que presentó como “el primer periódico independiente de la Patagonia”. Fue desde mediados de 1980 columnista del diario Página/12.
Entre 1959 y 1962 había sido titular del Sindicato de Prensa y estuvo muy cerca de la reciente fundación del Sindicato de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), del que era actualmente su secretario honorario. En 2008, co-escribió el guión y libro cinematográfico de Awka Liwen, un relato sobre el despojo de las tierras a comunidades originarias y campesinas, lo que le costó un juicio de la familia del ministro de Economía de la dictadura, José Martínez de Hoz.
Su vida signada por su militancia anarquista y de respaldo a las luchas obreras lo enfrentó a todas las dictaduras, pero también fue muy crítico de las políticas económicas antipopulares de los sucesivos gobiernos democráticos.
Tuvo especial inquina contra el expresidente Julio A Roca, quien comandó la llamada “conquista del desierto” a fines del siglo XIX que significó la matanza de miles de indígenas en el sur de Argentina y al que Bayer calificó de “genocidio”.