Un musical a ritmo de hip-hop sobre los padres de la patria con reparto interracial y en el que la estrella (música, libreto, interpretación y composición) es un puertorriqueño, Lin-Manuel Miranda, fue, como estaba previsto, la ganadora de la noche.
Al músico que ya triunfara con el musical In the Heights, también dirigido por Thomas Kail, se le resistió el premio de mejor actor musical, que se llevó su compañero de escena, Leslie Odom, Jr.
Miranda llamó la atención por sus discursos, a modo de sonetos, y especial resonancia tuvo su frase “El amor es amor y no puede barrerse”. En las redes sociales fue tendencia la etiqueta “#Loveislove”.
La presencia latina gracias a Miranda, así como a Emilio y Gloria Estefan con On your feet!, y la afroamericana, con obras como Eclipsed o The Color Purple, daban una imagen muy distinta de la vista en los últimos premios Oscar. Una realidad que ensalzó rápidamente el presentador de los Tony, el actor James Corden.
“Esto es como los Oscar pero con diversidad. Hay tanta diversidad que (el precandidato republicano Donald) Trump ha amenazado con construir un muro alrededor de este teatro”, bromeó Corden, conocido actor, con un Tony en su haber, y popular en los últimos tiempos por su programa de televisión en el que canta canciones con famosos desde su coche.
Más allá de Hamilton, los galardones se repartieron principalmente entre The Humans (el segundo título más premiado, con 4 estatuillas, incluida mejor obra no musical), y A view from the bridge y The Color Purple, que se llevaron los galardones de mejor “revival” en Broadway, entre otros.
Dos veteranos, Jessica Lange y Frank Langella, obtuvieron sendos premios a la mejor actuación de teatro no musical por The Father y Long Day's Journey into the Night, respectivamente.
En los agradecimientos de unos y otros desde el Beacon Theatre estuvo muy presente la masacre de Orlando perpetrada hoy. Uno de los más emocionantes fue el de Frank Langella, que dijo que cuando una desgracia así ocurre “hay tres opciones: dejar que nos defina, dejar que nos destruya o conseguir que nos haga más fuertes ” .
En un mensaje pregaado pocos minutos antes de comenzarla emisión en directo en la cadena CBS, el propio presentador del evento, James Corden, dijo que la gala de los Tony estaba esta noche dedicada a las 50 víctimas mortales y 53 heridos de la masacre en Orlando.
“Su tragedia es la nuestra. El teatro es un lugar donde tiene sitio todo el mundo, todas las razas, todas las orientaciones sexuales, credos, y el odio nunca podrá con ello”, afirmó antes de pasar al espectáculo. Muchos de los asistentes lucieron lazos plateados en la solapa como homenaje.
La septuagésima gala de los Tony también dejará otras imágenes para el recuerdo, como la interpretación en la calle de un improvisado grupo musical encabezado por Miranda y en el que actuaba tanto Steve Martin, dedicado a su obra en Broadway Bright Star, como el compositor Andrew Lloyd Webber (a la pandereta).
Las previas del musical Cats, que regresa a Broadway dieciséis años después de su última vez en escena, comienzan este mes de julio, por lo que Lloyd Webber volverá a estar muy presente con toda seguridad en los Tony de 2017.
Además, esta gala permitió volver a ver a una de las actrices que más veces ha presentado los premios, Angela Lansbury, y a otra que llevaba desaparecida en los Tony desde los años setenta, Barbra Streisand.
Aunque no lo necesita, se espera que los Tony multipliquen aún más los precios de Hamilton en Broadway, sin entradas hasta final de año y con precios que parten de los 800 dólares. Según explicó a Efe Luz Miranda, la madre de la estrella, el equipo celebrará en “Tabern on the green” su gran noche.
Con todo, en Washington Heighs, el barrio latino de alto Manhattan donde aún viven los Miranda, han organizado diversas fiestas para celebrar la gran noche del teatro que hoy, además, también es la del orgullo puertorriqueño.