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Es lo que señala el ensayo Con el bombo y la palabra.
Al mismo tiempo, las relaciones entre peronismo y la cultura argentina siempre fueron puestas bajo sospecha por los aparatos culturales tradicionales, afirma Rodolfo Edwards, autor del ensayo subtitulado El peronismo en las letras argentinas-Una historia de odios y lealtades.
Pese a su breve vida, Eva Perón escribió textos como La razón de mi vida y Mi mensaje, mientras que Juan Perón “llenó páginas de cuarenta volúmenes de escritos variopintos donde combinó su vocación docente, su doctrina y dramáticos mapeos dela diáspora”. En esos textos abundantes de Perón, quedan plasmados “el fervor y la gloria” pero también “el dolor, el cansancio y la derrota”, resume Edwards.
“El cruce de literatura y peronismo siempre deparó todo tipo de sorpresas textuales” que se convierte ante cualquier revisión histórica en “una Caja de Pandora de la que saltan libelos, diatribas, chicanas, odios, amores, infamias”.
La escritura “peronista” aparece como un caldo donde se sinceran una sociología plebeya, la poesía épica, los documentos de la resistencia, discursos, entrevistas, cuadernillos clandestinos y folletines, agrega el ensayo publicado por Seix Barral.
A la hora de “escribirse”, el peronismo “se insubordina a la literatura, acelera a contramano de los relatos canónicos. Busca una vía de escape, eterno exiliado de la cultura libresca, de los palacios de saber”, analiza Con el bombo y la palabra.
El autor señala que la “pila de libros pro peronistas es sustancialmente menor a la de los libros antiperonistas” y esa disparidad es entendible “porque la sociedad argentina aún hoy no termina de digerir al peronismo”.