Jóvenes “siembran” libros en las calles del país

Los espacios públicos de distintas ciudades del país se convirtieron en sitios de una particular "siembra" de libros. Una reunión familiar que se convirtió en parte de una iniciativa mundial.

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Todo empezó en la casa de Majo Filártiga (25), una vecina de Villa Elisa, quien hace al menos cuatro años improvisó una serie de tertulias literarias familiares, junto a su hermana primero, y con un par de primas después. "Entre nosotras nada más; después empezamos a llamar a amigos para que vengan los fines de semanas para charlar sobre libros. Leíamos en cierto periodos, hacíamos reuniones en casa", comenta. Cierto día, recibieron una invitación desde el extranjero, proponiéndoles sumarse a la "siembra mundial del libro". "Le dije: 'claro que sí', entonces nos pusimos a trabajar, a juntar más gente, y de lo que fue un grupo tenemos, hoy tenemos casi 300 miembros de todo el país".

El grupo lleva por nombre "Book Club del Paraguay", y como tal, decidieron incursionar en la pelicular actividad que consiste en que cualquier persona pueda "sembrar" (colocar) materiales de lectura de importancia para cada lector, con el fin de compartir el texto con una persona desconocida... pero ávida de su lectura. "Es dejar un libro en un espacio público -plaza, parada de colectivo, supermercado, bar, farmacia, etcétera- que te haya impactado realmente de una manera positiva, y que vos quieras compartirlo con una persona desconocida", explica.

El primer encuentro tuvo lugar el domingo pasado en distintos puntos de ciudades como Asunción, Ciudad del Este, Encarnación, Villarrica, Colonia Independencia, Lambaré, Fernando de la Mora y Luque. Casi 350 libros fueron depositados a través de esta actividad. "Lo que hicimos con estos libros que 'sembraron' los lectores fue una donación a la sociedad, porque generalmente algunas son de muy difícil acceso", explica. "Es difícil encontrar los títulos acá o son muy caros, entonces muchos lectores se despojaron de sus historias buenas y 'sembraron' en distintos puntos del país".

La consigna del emprendimiento es que, para el 21 de setiembre próximo, los lectores vuelvan a colocar las obras en algún espacio público, cuyos puntos serán recomendados a través de la página en Facebook del club. "La condición es que la persona que lo encuentra es su propietario. La única consigna es que el propietario nuevo tiene que volver a 'sembrar' el libro en el próximo evento", agrega Filártiga. El evento tiene pensado desarrollarse para cada cambio de estación del año.

Las personas interesadas en pertenecer al club de lectura, pueden completar una ficha de inscripción disponible a través de su página en Facebook. Si bien no existen límites de edad, los integrantes actualmente tienen entre 7 y 75 años, divididos en dos grupos, para un mejor desarrollo temático de análisis de obras y reuniones.

Entre los títulos más "sembrados" en la primera actividad, la organizadora señala obras como Orgullo y prejuicio, de Jane Austen; Grandes esperanzas, de Charles Dickens; Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift; Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, entre clásicos de autores nacionales, como Augusto Roa Bastos y Helio Vera.

Como parte de su revolución lectora, el club se muestra abierto a las editoriales o las mismas librerías que quieran sumarse a la loable actividad. "El tema de la accesibilidad del material es un problema para nosotros", comenta la organizadora. "Imaginate: si a nosotros, que nos gusta leer, nos cuesta tanto acceder al material, a una persona que no le gusta, va a ser mucho más difícil", reflexiona. "Muchas veces, sin querer, se recurre a materiales que no son legales, a través de descargas ilegales, y a eso no queremos llegar", dice. "Nosotros queremos fomentar el trabajo de los autores nacionales y de las editoriales".

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