Una Kitty de tamaño humano apareció por sorpresa en el gran almacén Mitsukoshi antes de la apertura al público, levantando los aplausos de los sorprendidos empleados de la tienda, ubicada en el popular distrito de Ginza.
El tierno personaje animado, vestido de rosa de pies a cabeza, se deshizo en reverencias ante los dependientes, y sus graciosos gestos y poses levantaron olas de “kawaii!” (’linda’, en japonés). Cuando la tienda abrió sus puertas, la gatita fue la primera en saludar a la multitud de clientes que se agolpaban en el exterior, y que la ahogaron con abrazos y peticiones de ’selfies’.
Kitty, apodada como la “chica” eterna por su creador, también celebró su aniversario con cientos de admiradores en el Sanrio Puroland, un parque temático al oeste de Tokio.
Y mientras, al otro lado del Pacífico, Los Ángeles inauguró una convención de Hello Kitty en el distrito “Little Tokyo”, con un evento de cuatro días que espera atraer a más de 25.000 personas.
En julio, la gatita tendrá su espectáculo en Hong Kong y también hará una incursión en el espacio, pues para festejar sus 40 años, Hello Kitty dará un paseo a bordo del satélite Hodoyoshi-3.
En 1974, nadie hubiera imaginado que esa carita blanca bosquejada con unos pocos trazos, esa mirada vacía en un rostro sin boca, con seis rayitas para esbozar un bigote, llegaría a imponerse como un asombroso éxito mundial.
Hoy en día, su imagen es reproducida en todo el planeta en 50.000 artículos diferentes, desde la simple goma hasta la carlinga de los aviones, pasando por aparatos electrónicos, bolígrafos y collares para perros e incluso vestidos para estrellas como Lady Gaga.
Durante los últimos años, Hello Kitty se ha convertido en uno de los iconos del “Japón Cool” y de esta cultura popular nipona que ha invadido al mundo con dibujos animados y mangas.
El universo rosado de Hello Kitty no se limita a las jovencitas románticas, sino que alcanza a todas las edades, en Japón y el resto del mundo. Quizás en la actualidad interese más a los adultos que a los niños, según el portavoz de la compañía.
“En cierta forma, Hello Kitty otorga a los adultos el derecho a jugar nuevamente, una posibilidad de exteriorizar una parte de sí mismos que no pueden expresar en el resto de su vida”, sostiene Christine Yano, una antropóloga que estudió el fenómeno del “kawai”.