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La exposición “Guajhoo” integró cinco esculturas que creaban una mitología alrededor de la protección de los recursos naturales y alertaba sobre los diferentes abusos que estos padecen.
“La experiencia de exponer en un lugar así es el sueño de todo artista”, manifestó Bogarín a ABC Color, tras regresar de Francia. “Estar rodeado o convivir con 300 personas de 60 nacionalidades que buscan un espacio en el mundo artístico hace que aumente la presión de lo que uno como artista pueda llegar a crear, intentando llenar la expectativa de un público totalmente desconocido pero más que entendido porque vive el arte en su cotidianidad”, afirmó.
Bogarín contó que su muestra se instaló en el espacio exterior del edificio de la Cité, lo que hizo que las personas puedan disfrutar de sus esculturas. Justamente la obra central de su muestra vistió nuestros colores patrios. Además, esta fue la primera exposición individual de Bogarín, artista autodidacta, y le sirvió además para buscar “desarrollar una nueva técnica poniendo a prueba el verdadero amor a la creación”. “Mi experiencia de exponer en la Cité me ayudó a crecer de forma acelerada diría”, agregó el artista, quien no se imaginaba llegar a tal sitio con su arte.
En París, se encontró “con un mundo culturalmente ordenado, donde grandes creadores pudieron inmortalizarse dejando así una eterna huella con sus grandes obras”. Destacó “la oportunidad de caminar y andar por las mismas calles donde una vez Picasso pudo encontrar su propio estilo y con ello seguir marcando el actual arte contemporáneo; fue una oportunidad para inspirarse e intentar llegar aun más lejos”. Asimismo le impactó ver en distintos lugares de París el afiche que promocionaba su muestra “Guajhoo”.
Esta experiencia le marcará “de por vida”, aseguró. Lo que vivió, dijo, es como una representación de “las frases de aliento de muchas personas que hicieron que pueda demostrar que no solo Armando Bogarín pudo lograr exponer en París, sino que un paraguayo marcó la diferencia, con orgullo, en Francia, para dar a conocer algo más de su amado Paraguay”. Expresó también su deseo de que en el futuro se puedan dar oportunidades parecidas a más artistas.
ARTE POR NATURALEZA
“El objetivo fue demostrar que ya no es necesario desmontar un árbol para crear una obra de arte, pues ya la naturaleza nos obsequió bastante y es hora de rendirle homenaje”, explicó Bogarín sobre su muestra, pues justamente creó sus obras con deshechos que recolectó, como sobras de tallado de madera de otros artistas, piedritas, semillas de frutos y algunos detalles en plumas.
“Hasta en sus deshechos nos puede brindar vida”, reflexionó sobre la naturaleza. Así el “Guahjoo” fue la representación de un alarido que indica algo, como el Urutaú que emite su “oguahu”, “a medida que el sol se oculta, en sinónimo de desesperación y llanto” por el astro que va desapareciendo, o como el “guahu” de un perro, que “trae consigo, según nuestra creencia, la mala noticia de que un ser está dejando este mundo terrenal”. Bogarín desea así que la naturaleza nunca de su último alarido, aunque es “desenfrenado el mutilamiento, sin ningún remordimiento, de nuestros últimos recursos naturales”.
Su búsqueda fue también el “generar conciencia sobre el abuso que estamos viviendo en cuanto a la masacre de nuestros recursos naturales, y demostrar la diversidad que la fauna y la flora nos otorgan”.
A esta propuesta que llevó el artista, el público “reaccionó de muy buena manera, con buenos comentarios”. La gente se le acercó interesada a preguntar el concepto de su muestra, “con interés del saber un poco más de nuestra cultura”. También hubo artistas de otras nacionalidades, lo que le sirvió “para recoger más puntos de vista”.
Como artista Bogarín destacó que busca lograr “comodidad para seguir trabajando en futuras obras”. Espera también el acompañamiento de más instituciones, para “aportar siempre algo y que mi país pueda ver al arte como una opción de vida sustentable”, y que de esa forma la gente note que “el artista también tiene el peso del compromiso con la sociedad para ayudar a construir el nuevo país que todos estamos necesitando”.
“Quiero seguir intentando crear cosas favorables para que nuestro arte pueda transcender y romper ese círculo en el que esta contraído hace ya bastante, y con eso llegar a más compatriotas, generando una evolución de nuestro nivel artístico-cultural”, evaluó.
De lo vivido en Francia, Bogarín espera poder aplicar la técnica que pudo crear durante su estadía, que será el “puntapié inicial del crecimiento de algo más notorio de lo que hasta hoy he podido lograr”. Le gustaría también que pueda desarrollarse en Paraguay “una cultura donde los artistas puedan vivir a pleno y que sean capaces de resaltar con el apoyo e interés de la mayoría, para que esto pueda fortalecer la cotidianeidad del arte en nuestras comunes vidas”.