Aguilera es autor de Karumbita, la patriota, una obra también para el público infantil publicada cinco años después de la de Garay, que vio la luz en 2005. En ambas, los niños protagonistas viajan a través del tiempo para aparecer el 14 y 15 de mayo, cuando se fraguó la independencia de Paraguay de España (1811).
Las coincidencias dieron lugar a una denuncia por parte de Garay, a la que siguió una demanda de la Fiscalía por plagio y el posterior juicio que condenó a Aguilera, que apeló la sentencia a la Corte Suprema, donde está actualmente.
“Lo que hizo se llama plagio inteligente. Consiste en cambiar algunas cosas de manera dudosa para disfrazar las coincidencias, a diferencia del plagio burdo, que es una transcripción literal de una obra”, dijo Garay.
La autora, que con ese libro obtuvo la mención de honor del Premio Nacional de Literatura, destacó que en ningún momento está planteando que considere plagio un recurso como el del viaje del tiempo, algo empleado mucho antes por novelistas como H.G. Wells. Ni tampoco el hecho de que la trama se sitúe en determinado contexto histórico, en este caso el de los días que desembocaron en la independencia de Paraguay.
“Lo que cuestiono es que él tomó inteligentemente todo lo que fue producto de mi creación, en su inicio, nudo y desenlace, transcribiendo toda la trama; al leer su libro puede verse que se limitó a reproducir el mío”, explicó.
Garay expone como ejemplos los que ya fueron consignados por el perito de la Corte Suprema, Miguel Ángel Lemir, que en su informe de 2011, elaborado a petición de Fiscalía, determinó que existió plagio de su obra. Según Garay, en ambos libros los niños viajan al 14 y 15 de mayo de 1811 junto a uno de sus abuelos (abuelo en su caso, abuela en el de Aguilera).
También en ambos los niños visitan la Casa de la Independencia, en Asunción, donde se gestó la separación de España; o insisten en que nadie va a creerles lo que han vivido cuando regresen al presente.
“En el mío, nada más llegar los niños se quejan de frío, y en el de él también. En el mío el prócer Pedro Juan Caballero se agacha para conversar con uno de los chicos, y en el de él también. Las similitudes son tan abrumadoras que al leerlos se puede notar que es una copia del mío”, expuso.
Los ejemplares en circulación de Karumbita, la patriota, que es el nombre de la tortuga protagonista del cuento de Aguilera, publicado por Alfaguara, fueron confiscados en agosto de 2010 por orden de Fiscalía. Tras el secuestro de las copias, la Fiscalía solicitó a ambas partes que nombraran peritos para avalar sus posiciones.
Garay designó a María del Carmen Pompa, profesora de literatura, quien concluyó que hubo plagio. Aguilera a Celeste Fleitas y a María Isabel González, que determinaron que lo que hubo fue “intertexto”, figura literaria en la que un autor toma de otra obra algunas cosas, pero para darle un sentido nuevo.
“Esto ya contradecía la afirmación de Aguilera, que dijo que nunca había leído mi libro”, señaló Garay.
Después vino el peritaje de Lemir y en septiembre de 2011 la Fiscalía formuló una acusación contra Aguilera por delito de plagio y solicitó la apertura del juicio. En noviembre de 2013, un tribunal de sentencia condenó a Aguilera a dos años y seis meses de cárcel por un hecho punible de violación de derechos de autor y de derechos conexos.
Aguilera apeló y en junio de 2014, el Tribunal de Apelación confirmó la sentencia anterior.
“¿Por qué este señor fue juzgado? Tenemos un código penal que nos rige como República independiente. El artículo 184 del Código Penal establece hasta ocho años de cárcel por violar el derecho de autor y derechos conexos”, recordó Garay.
En cuanto a las afirmaciones de Aguilera de que Garay utilizó tráfico de influencias, la escritora declaró que “si tiene pruebas debe presentarlas, porque si no, cae en el delito de 'denuncia falsa'”.