El festival, que se celebró por primera vez en 1996, tiene en esta ocasión el lema “Cuerpo habitado” y sus ejes temáticos son “la inclusión social, educativa y cultural, la sustentabilidad, la diversidad de culturas o la creatividad en la formación de artistas y gestores”, según un comunicado de la organización del evento.
A lo largo de diez días, el festival propone talleres sobre nuevas tecnologías aplicadas a la danza, como la videodanza o los documentales, y pretende reflexionar sobre la interacción del baile con otros formatos artísticos, como la fotografía o la ilustración. También plantea la inclusión de personas con capacidades diferentes en la danza, a través del trabajo del bailarín brasileño Marcos Abranches, que padece parálisis cerebral y presentará una obra basada en la pintura de Francis Bacon, o el elenco paraguayo Alas Abiertas, que integra a intérpretes con discapacidades.
La idea de inclusión alude además a la diversidad cultural, a través de los montajes de compañías como el paraguayo Ballet Kamba Kuá, integrado por personas afrodescendientes, un colectivo sobre el que también reflexionará el artista brasileño Rui Moreira. Desde España, por su parte, llega el coreógrafo israelí afincado en Madrid Sharon Fridman, que contó con el elenco del Ballet Nacional de Paraguay para encarnar su obra Caída libre, así como la compañía La Phármaco, que con su espectáculo Kaspar Hauser recordará la historia de un niño crecido en cautiverio en Alemania.
La mayor parte de los talleres, charlas y espectáculos se desarrollarán en el Centro Cultural de España Juan de Salazar, aunque algunas de las actividades también recorrerán espacios públicos del centro de Asunción o la avenida Costanera, en la bahía sobre el río Paraguay.