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“Vivió y cumplió maravillosamente su papel en esta vida”, expresó la actriz Lourdes García al recordar a María Elena Sachero, con quien tuvo la posibilidad de compartir en más de 20 obras.
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García recordó que su primera puesta profesional fue con ella “hace más de 30 años y sigo recordando con la misma emoción y entusiasmo”.
Sostuvo que Sachero “tuvo una vida tan fructífera”, llegando a pisar el escenario con más de 90 años, “lúcida en escena y enseñando a tanta gente”.
La actriz, directora teatral y gestora cultural Ana Mello afirmó que Sachero fue una “grandísima maestra”. “Generaciones pasaron por ella tanto desde la educación formal como docente de Lengua y Literatura, como docente de Teatro, como compañera de Teatro, es inabarcable”, dijo.
Ambas destacaron el legado que deja la artista y que, a criterio de Lourdes García, ya es parte de la historia de este país.
“Cuando se estudie la historia del Paraguay de acá a trescientos años se va a hablar de que hubo una actriz llamada María Elena Sachero”, acotó.
“Su legado es muy grande para nosotros”, añadió Mello.
Una vida dedicada al arte y la docencia
Elena Yrene Sachero Lara nació en Asunción el 5 de abril de 1929. Provenía de una familia estrechamente vinculada a la música ya que su madre, Jacinta Lara, era pianista y su tío fue el compositor y director de orquestas Carlos Lara Bareiro.
Siendo niña también estudió piano, pero en 1941 tuvo su primer acercamiento al teatro, de forma casi inesperada.
Mientras aguardaba que su padre la venga a buscar del Ateneo Paraguayo, donde estudiaba, audicionó para la obra teatral “El vuelo de la cigüeña” y fue elegida por la directora Dessa de Bosco.
La Compañía de comedias del Ateneo Paraguayo, dirigida por Fernando Oca del Valle, albergó sus primeros pasos en el quehacer teatral. Tiempo después pasó a dirigir esta compañía junto a Mario Prono.
En esta institución también obtuvo el título de profesora de Piano y, en la Escuela Municipal, se graduó como Profesora de Arte Dramático. También estudió declamación con Azucena Zelaya y tomó cursos de Creatividad con Olga Blinder.
En el año 1983 viajó a Estados Unidos invitada por el Departamento de Estado, donde entabló relación con actores, directores y escritores de teatro de Nueva York, Washington, Los Ángeles, entre otras ciudades.
Al regresar de dicho viaje comenzó a ensayar una de las obras más emblemáticas de su carrera: “Las Troyanas”, estrenada por la compañía del Arlequín Teatro en 1984.
“Nos sorprendieron algunos comentarios que pretenden hacer aparecer a María Elena Sachero como si desde hace poco fuese buena actriz. Lo fue siempre. Y prueba de ello es su interpretación de Hécuba. Tal como lo hace, tiene su justificación solamente en una larga trayectoria, en muchos esfuerzos y sobrado talento”, escribió Alcibiades González Delvalle, en torno a esta obra.
María Elena Sachero también fundó el Taller Infantojuvenil del Instituto Municipal de Arte (IMA) desde donde formó a generaciones de actores y actrices.