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Hermann Guggiari nació en Asunción un 20 de marzo de 1924. Como artista ha dejado un rico legado a través de sus esculturas de diferentes tamaños, en las que evocaba al cuidado de la ecología y la defensa de la libertad como temas principales.
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Varias de sus obras se encuentran por toda la ciudad, como su Cristo, cuyo original se entra en el templo de la Crucecita, en Sajonia, o sus homenajes a luchadores civiles de nuestro país, como al periodista asesinado Santiago Leguizamón y al Premio Cervantes, Augusto Roa Bastos.
Esculpió obras como “Parto”, “Rejas”, “Ara rupi’a” o “la Cruz ametrallada” en homenaje a los campesinos de las ligas agrarias cristianas, asesinados durante la dictadura. También obras como “Gaviota”, puesta en Punta del Este (Uruguay), “NN.UU.” en el campo de concentración de Dachau (Alemania), como parte de una larga lista de fundamentales obras.
Como gestor fue cofundador del Centro de Arte Moderno de Asunción, fundador y primer presidente del Centro de Escultores del Paraguay, y fundador del Movimiento Ecológico Paraguayo. Falleció el 1 de enero de 2012, habiendo dedicado toda su vida a la lucha ciudadana a través del arte.
Un justo homenaje
Por tal motivo, este miércoles será recordado en El Bosque de los Artistas (Avda. España c/ Gral. Santos), espacio creado por el escultor y donde llevaba a cabo ferias de arte, promocionando también a jóvenes artistas. En la ocasión Ana Rosa Guggiari Banks realizará una intervención artística, acompañada del arpista Sixto Corbalán, desde las 20:00. La entrada será libre y gratuita.
Ese mismo día el Club Centenario le rinde también un homenaje al escultor con la representación de la obra teatral “No claudiqué” basada en la vida del artista, actuada por su hija y por el actor Daniel Vuyk, bajo la dirección de Nelson Arce. Iniciará a las 21:00 y se pueden realizar reservas al (021) 2470000.
“Están todos invitados a recordarlo con alegría, con mucha fuerza, con energía, porque yo llevo la bandera de mi papá, esa bandera de su ‘No claudiqué', porque él nunca claudicó del arte y esa era su frase: ‘yo nunca claudiqué del arte, ese es mi mayor orgullo’”, remarcó su hija Ana Rosa en comunicación con ABC.
Asimismo, recordó que su papá también afirmaba constantemente que “crear es ser libre”, porque él decía que cuando uno estaba creando “está conectado con el más allá, con el cosmos, con la parte sensible de la vida, con lo espiritual, porque crear es el único lugar donde realmente se sentía libre”.
Por ello, dijo, le recordarán en El Bosque, “el lugar que él creo con todo su esfuerzo, empeño y amor”. Recordó que con toda la familia se mudaron allí en el año 1968. “Nos mudamos mi mamá (Deidamia Banks), papá, seis hermanos y yo”.
Asimismo, rememoró cómo Hermann amó ser escultor toda su vida. “Estudió en Buenos Aires, fue desterrado, volvió, ganó el premio Esso de Artistas Jóvenes, en el 65 con la obra “Kennedy” expuesta en el Salón OEA, en Washington, Estados Unidos. Allí le dijeron te podés quedar acá si querés con tu familia, él dijo: ‘no, con esta obra mi país me necesita a partir de ahora’ y vino a Paraguay”.
Destacó también que su padre, como todos sus ancestros, eran liberales, “pero puretes, como los de antes”, señaló recordando a José P. Guggiari, Bruno Guggiari, Eligio Ayala y Eusebio Ayala. “De esa rama venimos nosotros los Guggiari, seguimos siendo liberales y yo soy liberal por mis dos abuelos, como Benjamín Banks, gran liberal, así que es imposible ser mala persona, no podemos, nuestros ancestros fueron estupendos”, dijo.
Una deuda con el gran Hermann
Por otro lado, Ana Rosa expresó con pesar que hace 12 años murió su padre y hasta ahora no hay mayores reconocimientos a él por parte del gobierno, sino ingratitud. Mencionó que está “luchando” para que la Costanera Sur lleve el nombre del artista. “Creo que se merece por todo lo que hizo por el país, no hay ningún escultor que haya traído todos los premios que trajo al país, internacionalmente se le conoce. Hermann Guggiari es mundial y acá no le dan su lugar”, lamentó.
También recordó el episodio de cuando la Secretaría de Acción Ambiental había tirado abajo su obra “Clamor ambiental del Paraguay”, creada en el año 2000 y puesta en 2002 en su edificio sobre la avenida Madame Lynch. “Dejaron la obra tirada en el patio. Años después papá le hizo un homenaje a mi abuelo, un brote de hierro de unos 5 metros, que pusimos en la esquina de Estados Unidos y Quinta Avda. y robaron. También había una cruz de once palomas realizada por el Marzo Paraguayo ya no está más. No le cuidan, no le protegen, no les interesa”, dijo Ana Rosa.
“Yo voy a seguir hasta que le den su lugar a mi papá, que se merece pero de aquí a la luna, porque fue uno de los pocos honestos que tuvo el país, nunca claudicó del arte, nunca se vendió. Los colorados le dijeron que se haga colorado, que tendría mucho trabajo, y él se reía”, dijo con orgullo.
Subrayó también el apoyo de su madre, “una gran mujer, excelente esposa y madre” que también lo acompañó y apoyó a toda la familia y el arte de su esposo, “siempre con honestidad”. “Sin mi mamá papá no hubiera hecho nada en esta vida”, destacó.
“Voy a seguir llevando la bandera de mi papá, porque soy también luchadora, me gusta la verdad absoluta, la justicia, decir las cosas en la cara, que se digan las cosas con la verdad, porque la persona más peligrosa es la persona mentirosa, cuando vos mentís enseguida se te nota, pero nosotros seguíamos la vida con verdad y honestidad”, cerró.