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“La viuda alegre” es una versión en ballet de la opereta cómica del mismo nombre, con música original de Franz Lehár, a su vez basada en la comedia teatral “L’attaché d’ambassade” (1861), de Henri Meilhac.
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La obra presenta una premisa muy entretenida, ya que nos muestra la historia de una rica viuda, oriunda de un pequeño principado, y del intento de sus compatriotas de evitar que su patrimonio salga del país. Para lograr eso, le buscan un buen marido. Todos los entretelones de esta “misión” son interpretadas por la compañía con muchísima gracias y chispa.
El BCMM tomó el desafío de sacar así su lado más teatral, teniendo el elenco la oportunidad de demostrar una gran solidez a la hora de interpretar roles con mucha carga de comicidad, tanto los solistas como en ensamble. Algo para nada fácil, más aún teniendo en cuenta que deben conjugar ese lado con una técnica depurada.
A la función que asistimos, el domingo 29 a las 19:00, los papeles principales se destacaron gracias a la viuda Hanna (Sofía Schittner), Danilo (Ricardo Riveros), Valencienne (Macarena Vallejo), Camille (Elías Giménez) y, en uno de los cuadros, Sonia Soto se presentó como una de las principales bailarinas de can can.
Todos ellos, junto al cuerpo de baile, nos transportan a esa París deslumbrante, con lo que podemos estar presenciando un espectáculo digno de la Belle Époque. Entre unas grandes oficinas que simulan una embajada, un maravilloso jardín y un brillante bar, el elenco danza con precisión la coreografía propuesta por Yedro, quien combina con efectividad figuras características de la danza clásica con elementos corporales bien teatrales.
Cabe destacar que todo esto obtuvo un realce especial con el maravilloso vestuario diseñado por el fallecido artista plástico Ricardo Migliorisi y la escenografía de Tessy Vasconsellos.
Con el corazón y las zapatillas de punta en alto
Esta función también estaba marcada por un hecho específico que hacía sobrevolar una mezcla de emociones en el aire. Esa hora y media de duración de la obra sería el momento en que la bailarina Sonia Soto, subiría por última vez al escenario de forma profesional, luego de 22 años de carrera, siendo 19 de ellos en el BCMM.
Podría uno imaginarse no solo a ella sino a cualquier persona muy joven ingresando a una compañía con toda la ilusión, para cumplir el sueño de desarrollar el camino de manera incansable por mucho tiempo. Todo eso lo cumplió la artista quien anunció que seguirá ejerciendo la docencia y tendrá un cargo en la compañía, para acompañar la nutrición de sus colegas, ya que es además nutricionista.
En la parte final, luego de los saludos, las lágrimas, las flores y los aplausos, el director de la compañía agradeció a Sonia por los años de servicio para con la compañía, destacando sobre todo que ella no solo se dedicaba a bailar sino también a luchar por los derechos laborales de todos sus compañeros. Por ende, qué significativa persona ha tenido en sus filas el elenco, en un país que no se caracteriza por ser muy grato con los artistas y sus derechos y beneficios.
La obra continúa en cartelera este fin de semana en el Teatro Municipal (Pdte. Franco e/ Chile y Alberdi) con diferentes repartos. Las funciones serán este viernes a las 20:00, el sábado a las 19:00, y el domingo a las 16:00 y 19:00. Entradas en venta a través de Tuti y Red UTS con precios desde G. 40.000.
Fotos de Sonia Soto, gentileza de Maia Ayala.