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La querida artesana falleció en la noche del 31 de agosto en su natal Colonia 21 de Julio, de Tobatí.
“Representante genuina y destacada de la cerámica popular de Tobatí, ha culminado su hermoso camino Julia Mercedes Areco de Noguera, continuadora de una estirpe de artistas de nuestra noble arcilla. Con el gen y la vocación latiendo en su sensibilidad, aprendió las claves del modelado de su propia madre, Rafaela Areco”, destacaron en la página de la Secretaría Nacional de Cultura.
El texto recuerda que Julia Mercedes comenzó a modelar en arcilla desde los 11 años y en poco tiempo empezó a destacarse con el sello personal que fue imprimiendo en sus preciosas creaciones, como las celebradas cantarillas antropomorfas que conquistaron al público. Destaca además que “repitió la siembra de su madre en sus hijas Ediltrudis y Carolina Noguera”.
Por otro lado, la ONG Jakaira escribió que “la matriarca de la familia y maestra del arte de la cerámica trascendió a otras dimensiones. Nos deja su vida profunda y sacrificada, su herencia cultural es el trabajo de sus hijas, el trabajo de todas ellas, al igual que otras mujeres de la comunidad, dando prestigio internacional a Tobatí”.
El Centro de Artes Visuales/Museo del Barro lamentó también el fallecimiento de la artista popular nacida en 1938. “Sus cantarillas antropomorfas llamadas “kamba” constituyen un momento fundamental en el desarrollo de la cerámica contemporánea de Tobatí”, destacaron desde la institución, sumando su voz a numerosas despedidas en redes sociales.
El “cartonero” de las letras, Edgar Pou
Otra partida que la comunidad artística lamenta es la del editor y poeta Edgar Pou, quien falleció el sábado a consecuencia de una devastadora enfermedad en el hospital donde se encontraba internado desde hacía cerca de un mes. Deja un rico legado integrado no solo por varios libros de su autoría sino también por el ejemplo de sus diversos emprendimientos artísticos.
Édgar Pou fue reconocido en el circuito literario alternativo por libros como “Pombero Tamaguxi”, “Hamburguesa de Moñai”, “Besacaballos” o “El Quinielero Patafísico”, entre otros. Siempre al margen del mercado editorial comercial, introdujo con un pequeño grupo de escritores la movida cartonera en Asunción, importándola de Buenos Aires, y organizó en junio de 2011 en la Manzana de la Rivera la Feria del Libro Kartonero del Mercosur.
En 2017 inició con sus hijos, los escritores Xavier y Barchi, el proyecto editorial independiente Avagatá Kartonera, que sigue creciendo hasta hoy.
“Édgar Pou no es solo un gran poeta, sino uno de los autores que más han hecho en Paraguay por llevar la literatura a aquellas personas a las cuales la literatura no suele ir a buscar, siempre con el mismo entusiasmo y sin pensar jamás en publicidad ni en reconocimientos”, escribía hace poco tiempo la poeta Montserrat Álvarez.
En un comunicado, la Secretaría Nacional de Cultura también se unió a la consternación causada “por la partida de este querido y admirado creador, expresando su gran valoración por el legado y el ejemplo de dación artística que nos deja”.