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“Escribir en tiempos extraños”, con Natalia Santos, comenzará este martes 2 de mayo y se extenderá por todos los martes del mes, de 19:00 a 21:00. El costo de la inscripción es de G. 250.000. Para inscribirse se debe contactar al (0972) 344699.
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Este espacio servirá para compartir herramientas para aproximarse a la dramaturgia “de manera personalísima, encontrando inspiración en lo que nos rodea y en vivencias propias”, al decir de Santos, quien es comunicadora egresada de la Universidad Católica de Asunción y actriz egresada de la Escuela Municipal de Arte Dramático del IMA.
Acerca del oficio de escribir para contar historias, ella reflexiona que “cuando se piensa en lo que se necesita para ser buena escritora o escribir bien siempre salta eso de manejar la palabra, los conocimientos sobre la lengua, los géneros, la creatividad y otros etcéteras. Eso es verdad, pero para mí eso no sirve si no hay pasión, porque es la pasión la que te inocula las ganas, la que te empuja a adquirir conocimientos y a salir a buscar vivencias para nutrir la escritura. Es la pasión lo que hace que lo que escribas esté vivo”.
Santos, quien escribió obras estrenadas en el circuito profesional y amateur como “Adiós Rohejata”, “La puerta”, “Sala de espera”, “Caballero y Centauro” (con Diego Mongelós), “Shakespeare contraataca y termina re mal”, “Todos los sapos también van al cielo” (con Selva Fox para Nhi-Mu), “Óga Experience City Crawl Tour” (con Hernán Melgarejo), consideró que “las historias necesarias siempre están ahí, sobre todo en estos tiempos extraños en los que vivimos”.
Al respecto, profundizó que “por momentos sobrevuelan premisas que vemos planteadas una y otra vez de manera diferente, por distintos creadores, a través de múltiples disciplinas y en diversas plataformas”. Eso, dijo, “explica quizás lo que pasó en la pandemia y vimos como todo el mundo -entre otras cosas- hablaba de la soledad, la hiper (des)conexión, la identidad, el miedo o la esperanza”, por ende “hay temáticas que, por su urgencia, pertinencia, por la incidencia, necesitan ser abordadas y brotan”.
Ella está convencida de que todas las personas, en mayor o menor medida, somos capaces de contar cosas de manera única. “En Paraguay, por ejemplo, por todas partes tenemos grandes y pequeños relatos, que nadan en nuestro día a día y que son parte de la construcción de nuestra memoria y modo de ser. Tomar eso que nos rodea y traducirlo con una mirada artística, nos da la posibilidad de llegar al corazón, a la mente de otros para despertar algo. Eso es lo que hace que algo personal abrace lo colectivo. Ese vínculo que se genera, hace que esa historia que contamos sea valiosa”, afirmó.
Santos incentivó a tomar este taller también para desarrollar la intuición que permite entender cuando algo puede funcionar teatralmente. “Hay herramientas para quienes quieran escribir teatro sin subir a las tablas. Existe literatura sobre estructura y teoría a la cual acudir, pero yo por experiencia propia siento que en los talleres al compartir experiencias se afina la intuición y se va a descubriendo la dramaturgia propia”, indicó.
La actriz reconoció también que aunque haga guiones y escriba obras, no se considera “guionista”, pues en Paraguay esta nomenclatura “está más vinculada al audiovisual, en el cual tengo una experiencia más limitada”, pero entiende que dicho gremio trazó “un camino para la profesionalización, con tarifarios y estructuración de las condiciones laborales”.
“La mayoría de los que escribimos teatro creamos piezas para nuestros grupos o elencos y muchas veces no dejamos registro escrito de nuestro trabajo, los cuales, incluso dirigimos, actuamos y/o producimos. Pienso que para profesionalizar más nuestra labor tendríamos que publicar más. Así el público tendría a su alcance la dramaturgia nacional actual, se entablarían diálogos al respecto fuera de las salas de teatro y se abrirían espacios para encontrarnos, formarnos y trazar caminos”, concluyó.
Cuantificar la creación
“Darle valor al acto creativo”, con Patricia Sánchez, se iniciará el jueves 4 de mayo y se desarrollará durante todos los jueves del mes, de 19:00 a 21:00. La inversión es de G. 250.000.
Este taller aborda a la producción desde una perspectiva económica, ya que la creatividad tiene la necesidad de rentabilizar sus productos: a nivel económico y social. “Con este taller buscaremos generar herramientas que le permitan a quienes abordan la producción escénica superar los desafíos que esta plantea”, dijo Sánchez.
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Patricia también piensa en el rol del productor dentro de la escena teatral nacional y considera que “el productor teatral analiza, planifica y presupuesta las actividades necesarias para hacer posible su visión en conjunto con el director, dentro de los límites de un presupuesto y recursos disponibles”.
En ese sentido, observó que “en muchos casos no se hace esta planificación por inexperiencia o por ignorancia, haciendo que muchos proyectos hermosos tengan reconocimientos en lo artístico pero fracasen en lo económico”.
Entonces, pensó que “al no analizar qué es lo que hay que hacer, se termina haciendo lo que se puede. Al no planificar cómo se va a hacer, se terminan malgastando los recursos en solucionar problemas. Al no tener un presupuesto claro, no se hace una puesta en escena en base a lo que ya se tiene disponible, sino que la obra termina perdiendo dinero por cuánto salió”. Por eso, sumó, “debemos formar más profesionales como productores, así aseguramos que las obras tengan más éxito”.
Ubicando a un productor en Paraguay, ella admite que “es un desafío inmenso en este país donde existen pocas políticas públicas de apoyo a la cultura”. Sánchez admitió que “en Paraguay, los actores, con el afán de poder actuar, terminan produciendo ellos mismos sus obras. Claro que puede ser actor y productor a la vez, solo que hay que tener bien claro cual es el objetivo a cumplir”.
“Hay que sacarse ya la idea que el productor es quien consigue el vaso verde que se necesita para la obra. El productor debe crear el diseño de producción sustentable para que la idea pueda llevarse a la realidad y sea rentable. Hay muchas maneras de hacer las cosas, pero creo que siempre es mezcla de la teoría más la practica. Los libros te cuentan cómo se hacen las cosas, pero ninguno de ellos te cuenta los problemas que podés llegar a tener, y cuáles son los posibles caminos de solución”, planteó.
Ella, pensando en sus experiencias, resaltó: “Estoy 100% segura que se puede hacer teatro rentable y lucrativo en este país. Pero para ello tenemos un camino que recorrer que involucra a muchas áreas: a los actores, escritores, productores, auspiciantes, y por sobretodo, al público. Los que estamos detrás de escena debemos unirnos no solamente para hacer una obra de teatro, sino para crear cada vez más público”.
Además, pensó en otros países y en cómo “el público está acostumbrado a ir a ver diferentes tipos de puestas, todo el año”. “Para que a una obra le vaya bien, no solo debemos crear un buen diseño de producción para que esa obra sea rentable, sino que debemos unirnos para crear obras de calidad y en una frecuencia estable, de manera que si el público se enganchó con el teatro, tenga algo nuevo para ver siempre”.
El valor creativo
Cuando piensa en la labor de la producción y en el hecho de ponerle valor a algo creativo, consideró que “ccuesta ponerle un precio a un producto de un proceso creativo por dos motivos: el primero es que no siempre es algo tangible que las personas puedan llevar a su casa, por eso es cuesta que las personas quieran pagar por el mismo, y segundo es que el producto por su propia naturaleza debe ser creativo, y como no siempre es tangible estrictamente, el público no siempre no tiene con que comparar. Y como los mercados se basan en comparaciones, cuesta ponerle precio”.
“Lo creativo a veces es una experiencia, a veces es un cuadro, a veces es un libro. El valor del mismo es siempre una apuesta porque no es que cuesta un monto específico, hasta que alguien esté dispuesto a pagarlo”, aceptó.
Este “fenómeno”, indicó, no pasa solo en Paraguay sino en el mundo. “Por eso es que existimos los productores. Nuestro trabajo es tener en claro en lo que sí tenemos control, los costos de la ejecución, para saber el valor mínimo del producto creativo que ofrecemos. Así podemos llegar a tener el producto de manera sustentable”.
Para ella, uno de los principales desafíos de producir “es que hay poco apoyo a lo cultural en Paraguay, poca puesta en marcha a las políticas públicas, y eso que nosotros estamos en Asunción, donde hay posibilidad de tener mayor acceso a las mismas”. Por eso, reconoció que “el desafío mayor es conseguir darle valor a la creatividad, así logramos rentabilizar los productos a nivel económico y social”.
Un espacio para expandir conocimientos
El reconocido actor y director Agustín Núñez, quien está al frente de El Estudio, habló sobre estos talleres, afirmando que su institución, desde sus inicios, está ocupada de que las presonas tengan “una formación integral”, donde integren las diversas disciplinas, pues “la tendencia hoy en día romper un poco con los esquemas ortodoxos”.
“El Estudio siempre ha estado preocupado en proporcionar talleres y sobre todo de ciertas áreas o disciplinas especiales que no se pueden tan fácilmente adquirir o tomar en otras instituciones. Queremos no solo formar actores, actrices, directores, directoras, sino de alguna manera sacar personas que puedan integrarse de forma activa a esto que llamamos cultura nacional”, señaló.
El artista espera que quienes se forman sean protagonistas desde lugares donde puedan aportar “aunque sea un pequeño granito de arena en lo que es nuestra expresión nacional, nuestra idiosincracia, nuestras costumbres, nuestra forma de pensar, nuestra forma tan particular de ver el mundo. Es decir, que tomen un rol activo que vaya mucho más allá”.
Asimismo, observó que nuestro país, por mucho tiempo estuvo aislado del resto de Latinoamérica. Fuimos “un hueco vacío”, pero en este momento “estamos como con una carrera de aprendizaje” donde “cierto sector joven y aún de personas mayores, está muy ávido de adquirir conocimientos”.
Aseguró que El Estudio “es un lugar especial” y no “una escuela común y corriente”, donde quienes ingresan sortean audiciones, pues el centro apunta a “la calidad, no a la cantidad”. “Particularmente no creo que se pueda masificar la formación artística, sobre todo en la actuación, que es una tarea muy delicada, de mucho cuidado, ya que no solamente trabajamos con el cuerpo del actor sino con su interior”.
“El que llega sabe perfectamente que la base de la institución es el rigor, la disciplina, el espíritu de investigación, el trabajar la formación como un proceso largo, difícil, pero maravilloso. Siempre, por lo menos, mirando hacia lo que puede ser la excelencia”, cerró.