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La exposición, inaugurada en agosto del año pasado en Fundación Texo, reunió objetos, instalaciones, esculturas y pinturas de la artista Bettina Brizuela, en una reflexión que indaga en ideas de ciudad, sobre todo a partir de las señas que se inscriben sobre ella, abordadas con criterio poético.
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Acerca de esta muestra, Lia Colombino había señalado que la misma recogía “una preocupación de la artista desde hace tiempo por lo urbano” donde “los objetos que devienen imágenes relocalizadas en un espacio expositivo se desdicen para lanzar interrogantes”. Asimismo, reafirmó que “el montaje cuidado refuerza la obra”, acerca del trabajo al cuidado del equipo de Elefante Mental.
Por su parte, Damián Cabrera sugirió que la obra de Brizuela “opera en la encrucijada entre lo doméstico y lo urbano, lo íntimo y lo público, y se despliega por estos territorios ambivalentes mediante una constante dominada por operaciones colectoras, de cuidado o de transformación instauradora de la anomalía y del signo de alerta”.
Cabrera relata que “en su casa, Brizuela trabaja a partir de la acumulación de archivos domésticos de lo frágil, albergados en vitrinas; en tanto de la calle va colectando las improntas geométricas de la experiencia caótica del fenómeno ciudad en su adaptación local”.
Asimismo, Cabrera observa que “la señalética improvisada y los signos cromáticos de alerta que dominan el paisaje urbano de Asunción son capturados por Brizuela e investidos de artisticidad mediante un desplazamiento de la calle a la sala de exposición y de regreso”.
Respecto de la pintura de Bettina Brizuela, Fernando Moure planteó que su interés “por pintar bidimensionalmente o en otras superficies alcanza su apoteosis en las pinturas de grado cero como en los monocromos, en las que se formulan ejercicios de reducción; y en las ópticas donde la repetición de pautas cromáticas del negro y amarillo se abren a otras fértiles exploraciones duotonales”.
“Las pinturas”, continúa diciendo Moure, “de combinaciones estrictamente negativas o positivas también ofrecen una paleta de espectro diverso, yendo más allá de lo pictórico tradicional hacia una nueva neutralidad. Mientras en sus ensamblajes tridimensionales, la materialidad nos acerca hacia horizontes subjetivos, psicologistas, o a sentir intensamente sus rayados verticales o angulados bi o tridimensionales como vaivenes sísmicos”.
Acerca del galardón
El Premio AICA Paraguay es un galardón honorífico a una exposición de arte otorgado anualmente desde el año 2015. Esta ceremonia corresponde a la octava edición del premio, el cual fue recibido previamente por Ruth Estigarribia, Bernardo Krasniansky, Sara Leoz, Ricardo Migliorisi y Osvaldo Salerno.