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Si hay algo que siempre me da miedo antes de ver stand up es que el humor no tenga sentido en sí mismo. Hacer reír recurriendo a insultos sin gracia no podría considerarse un arte. Todo lo contrario ocurrió con “Siempre las malas de la película”, show ofrecido por seis “standuperas” nacionales.
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Con diferentes historias y sueños a cuestas, Diana Frutos, Silvia Flores, Clau Espínola, Caro Romero, Yemmy Melina y Fani Cantero llegaron los pasados 2 y 3 de febrero al Teatro Municipal.
Un escenario grande y desafiante, pero lo que sin dudas era un desafío era el hecho de hacer reír a la gente por cerca de dos horas sin que se caiga el show o sin perder el hilo de lo que estaban diciendo. Lo placentero es haber presenciado cómo el sexteto hizo que el público se descostille de la risa compartiendo experiencias con ellas, viéndose quizás identificados en sus historias y chistes, todo dentro de un ritmo exacto y que dejaba sin aliento.
Lo que más impresiona es que cada una tiene un estilo muy particular y característico, cada una desarrolla su propio lenguaje ya sea desde la voz, la expresión corporal o incluso la intención.
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Diana, también actriz, presentadora de TV y radio y productora, tuvo la gran responsabilidad de romper el hielo. Entró como una bala decidida a impactar con su histrionismo y su gracia. Con un humor pícaro ella habló de relaciones, su divorcio, la búsqueda del amor o de simplemente estar con alguien así como del funcionamiento de Tinder.
Luego vino Fani, quien asumió haber empezado hace poco y para quien este evento era una gran responsabilidad. Pero dejó los nervios olvidados para desenvolverse como si hubiera estado haciendo stand up desde siempre. Su gracia natural hizo que la gente estalle con su pasión por los chismes, con los datos innecesarios de su vida, con su dislexia y hasta cuando jugó el tarot con el público de una forma muy particular.
La crisis de los “30″ no se salvaron de salir a escena. Eso llegó de la mano de Yemmy quien, con un carácter travieso, hizo mucho énfasis en los dramas que atraviesan las personas que o llegaron o sobrepasan las tres décadas. Ella abordó también lo que pasó en la pandemia, contando su paso por un consultorio y haciendo reír sobre el hisopado.
El turno de Silvia, también actriz y locutora, vino después. Con mucha seguridad y radiante, ella paseó a la gente con un humor espontáneo. Cómo la pandemia llegó (aunque creíamos que no llegaría) fue uno de los temas con los que hizo romperse a carcajadas al público, añadiendo como notas altas sus impecables imitaciones a otras personas como también acentos diferentes.
Las inseguridades, la transición de una edad a otra, el descubrir de la orientación sexual, fueron temas abordados después por Caro, quien con una mezcla de humor ácido y directo, con bromas intensas y al pie, mostró lo mejor de sí. Sus emociones estuvieron todo el tiempo presentes en el escenario y ella supo hacer de eso su mejor carta de presentación.
Clau fue otra que tuvo un gran desafío: cerrar el show sin dejar que caiga la gran intensidad que consiguieron sus compañeras. Increíble cómo lo logró con creces, valiéndose de sus propias experiencias atravesadas cuando iba a celebrar la tradicional fiesta de 15, con un humor entre negro y muy picante.
Todas fueron aplaudidas a rabiar, de pie, y eso fue realmente impresionante. Una confirmación de cuánto necesitamos estos espacios y este ejercicio de humor saludable.
Pero además de que cada una tenga su esencia, había un hilo invisible que las unía a través de la necesidad de contar chistes con humanidad sin caer en lo chabacano e incluso sin miedo a mostrarse vulnerables. Porque los “problemas” de los que ellas saben reírse son parte de nuestro día a día.
Por ende, definitivamente “Siempre las malas de la película” y sus representantes resignifican el humor paraguayo, demostrando que con clase, estilo y sobre todo mucha inteligencia podemos ejercitar tanto la mente como la risa al mismo tiempo.
Qué esencial apoyar esto y ver que si ellas pueden es porque seguro hay más chicas haciendo su camino. Quizás en algún futuro podamos ver un show como este en una plataforma como Netflix, donde puedan codearse al nivel de grandes exponentes del humor femenino como Ali Wong o Sofía de Niño Rivera, entre otras.
Las chicas vuelven hoy y mañana, a las 21:00, en el mismo escenario. Las entradas cuestan G. 50.000 y se pueden adquirir en la boletería.