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El show confirma la excelente salud creativa de esta compañía que, esta vez, apostó a ofrecer coreografías de jóvenes bailarines integrantes del elenco como también de destacadas figuras ligadas a la misma a través de todos estos años. Es una oportunidad especial para ir a presenciar las nuevas ideas que pueden aportar diferentes miradas con la música paraguaya y el homenaje a Asunción como hilo conductor.
Teniendo la premisa folclórica el espectáculo bien podía quedarse en lo cómodo y repetir figuras coreográficas ya conocidas, pero gracias a que presentaron dieciséis danzas donde sobresalía el toque de cada creador esta celebración fue un disfrute.
Esta vez llevaron al escenario obras de los bailarines Giannina Fernández, Ángel Ovelar, Agustina Torres, Pamela Giménez, Hernán Correa y Diana Arce, y de los maestros Adrián Ávila, Robson Maia, Diana Ivanauskas y Miguel Bonnin. Es cautivante presenciar el momento de transición que atraviesa el ballet, pues el confluir de miradas y experiencias, ideas y creatividad, genera una explosión de propuestas emocionantes. El lenguaje de la danza contemporánea y neoclásica estuvieron muy presentes en cuadros atractivos donde las luces y el vestuario jugaron importantes roles.
Es realmente auspicioso que la compañía se arriesgue, ya que es palpable cómo sacaron de lo malo algo bueno, pues la pandemia no permitió que suban a escena el año pasado con las grandes producciones de obras clásicas a las que nos tienen acostumbrados, en cambio sacaron a relucir este año el talento coreográfico. Además, dar oportunidad a gente joven de materializar sus miradas habla muy bien de la visión del director, quien confía en la inventiva de los artistas.
Pero además del talento de los coreógrafos, las danzas se elevaron gracias a la impecable destreza del cuerpo de baile que tuvo el desafío de transmitir emociones sin que los tapabocas sean un impedimento ya que no hubo una sola danza en la que se hayan sacado. Es más, funcionó como complemento para sostener el mensaje de lo importante que sigue siendo aún cuidarnos.
El show se completó de forma exquisita con la presencia del Grupo de Folclore Fusión de la Orquesta Sinfónica Nacional, que acompañó con un toque preciso a cada música. Los momentos que brillaron por la conjunción de danza, música y canto se dieron con la presencia de Andrea Valobra y Enrique Zayas. La cantante otorgó su sensibilidad característica al interpretar “Recuerdo de Ypacaraí”, “Nde resa kuarahy’ãme” y “Canto al Paraguay”. “Mis noches sin ti” sonó en la versión reggae de Paiko con Zayas aportando su entusiasmo a la gala.
Finalmente entró la Banda Folclórica Municipal para contagiar la algarabía de aquellas banditas típicas de las fiestas patronales. Tradición y modernidad se unieron en un espectáculo que celebra con altura a nuestra capital.
El acceso a la función de esta noche será gratuito, por orden de llegada. Atendiendo a las medidas sanitarias, el cupo será limitado.