Entre las que corren un mayor peligro está el guaná, hablada por cuatro ancianas de dos comunidades del norte del país, el manjuí, el angaite, el tomáraho, el ava guaraní y el sanapaná. Entre los elementos que han contribuido a debilitar la vitalidad de esos idiomas precolombinos se encuentra ese abandono de su hábitat tradicional, sea por la deforestación de sus tierras ancestrales o la ocupación arbitraria de las mismas.
La titular de la Secretaría, Ladislaa Alcaraz, también citó como ejes debilitadores una actitud de subvaloración hacía la propia lengua, los matrimonios interétnicos y el acceso a oportunidades laborales o educativas con predominio de los dos idiomas dominantes en Paraguay: el español y el guaraní.
Alcaraz hizo esas reseñas durante la primera sesión de la Comisión Nacional del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, formada por 27 instituciones y organizaciones de Paraguay, encargadas de planificar programas que fortalezcan la interculturalidad y la promoción de esos idiomas. En esa primera sesión, en el Archivo Nacional, en el centro de Asunción, Alcaraz advirtió de que esos proyectos para la preservación no pueden ser exitosos sin una activa participación de los hablantes indígenas.
Y sin el fomento de una política pública inclusiva y un enfoque intercultural que esté respaldado por una firme decisión institucional y la participación de los pueblos nativos. En ese sentido, Alcaraz se remitió a encuentros y seminarios en los que se han recomendado medidas como la incursión en el ámbito virtual para fortalecer esas lenguas, establecer mecanismos de seguimiento y cooperación regional y dotar de mayores presupuestos a las áreas institucionales dedicadas a ese campo.
De acuerdo con el informe, las 19 lenguas indígenas representan a menos de un 2% de la población de Paraguay, que asciende a 7.152.703 personas, según el censo oficial de 2015. La mayoría de esa población habla y usa el español y el guaraní, este más en su expresión oral. Según la Encuesta Permanente de Hogares de 2018, el 37% de la población de más de cinco años habla en sus casas el guaraní, el 29,3% el español y un 30,7% combinan ambos idiomas.
Lo que muestras la invisibilidad de unas lenguas autóctonas que, según recordó Alcaraz, son “anteriores a la creación del Estado paraguayo”. En la misma línea, el ministro de Cultura, Rubén Capdevila, dijo al comienzo de la sesión que esas 19 lenguas indígenas son “nuestro patrimonio intangible más valioso y cuya salvaguarda debemos prever”. Esos idiomas nativos se agrupan en torno a cinco familias lingüísticas: guaraní, maskoy, zamuco, mataco-mataguayo y guaicurú.
La población indígena de Paraguay asciende a unas 120.000 personas, según el último censo de población y viviendas para pueblos indígenas. Unas tres cuartas partes de esa población vive en situación de pobreza extrema y despojadas de sus tierras, lo que ha provocado una migración a las áreas rurales, donde habitan en condiciones de marginalidad. La ONU declaró el 2019 como el Año Internacional de la Lenguas Indígenas.