Las 56 fotografías fueron presentadas este martes por el Centro de Investigaciones Arqueológicas de Tihuanaco (CIAT) y prueban que el actual muro de Kalasasaya, un templo de piedra que marcaba el año solar, tenía por delante dos plataformas que fueron retiradas durante la reconstrucción del monumento.
“Kalasasaya no era un templo cuadrangular, sino que era una de las primeras pirámides en el periodo de Tihuanaco. Este material gráfico prueba que ha sufrido cambios: la reconstrucción del templo es la idea de alguien, no el dato arqueológico”, aseguró Julio Condori, director del CIAT, en la presentación de las fotografías en la Casa del ALBA Cultural en La Paz.
El templo de Kalasasaya es una de las siete grandes construcciones arquitectónicas que dan forma a la ciudad arqueológica de Tihuanaco, centro de la civilización del mismo nombre que durante unos 2.500 años, desde el 1500 a.C. hasta el 1.000 d.C aproximadamente, prosperó en el altiplano boliviano.
Entre 1957 y 1978 el templo fue intervenido con excavaciones en sus cuatro sectores y encaró la reconstrucción de todos sus muros, una etapa que ahora recogen unas fotografías procedentes de la Unidad Nacional de Arqueología. "En el CIAT tenemos una archivista que ha ido revisando la documentación acumulada y hemos seleccionado 56 fotografías de Kalasasaya, entre más de 12.000, que documentan la existencia de tres plataformas”, declaró a Efe Condori.
“Ahora queremos saber si esas construcciones han sido construidas en un solo periodo o en varios”, apuntó. Además de la retirada de esas plataformas, las fotografías muestran que dos de las principales esculturas que se encuentran dentro del templo de Kalasasaya, la Estela Ponce y la Puerta del Sol, no están actualmente en su posición original.
La tercera de esas piezas, el monolito Fraile, sí aparece en su ubicación de origen. Condori estuvo acompañado durante la presentación por la ministra de Culturas y Turismo de Bolivia, Wilma Alanoca, y el alcalde de Tihuanaco, Octavio Quispe. "Las fotografías son el testigo silencioso de las modificaciones efectuadas entre 1950 y 1980, la forma de Kalasasaya era otra”, resaltó Alanoca.
La ministra reconoció el trabajo de los maestros excavadores que actuaron durante décadas en la reconstrucción del templo y destacó la importancia de su testimonio a la hora de dar con este hallazgo. “Tenemos las fotografías, y luego las investigaciones, pero la voz de los maestros es el mejor archivo testimonial que tenemos que guardar”, aseguró.
A raíz de la aparición de las fotografías, el CIAT comenzó el 2 de septiembre pasado unos sondeos de excavación con el objetivo de aportar más luz a las imágenes disponibles, que están previstos hasta el próximo el 31 de octubre. “Esos datos nos van a permitir reinterpretar en una segunda fase lo que es Tihuanaco”, avanzó Condori.
Alanoca reparó en la importancia de difundir el hallazgo en aras de “fortalecer la memoria cultural de Tihuanaco”, y anunció una serie de muestras itinerantes de las fotografías en un futuro. “Vamos a publicar un catálogo y también vamos a ofrecer una muestra de las fotografías en Tihuanaco para el trabajo de los investigadores que lo requieran”, concluyó la ministra.