Madonna llegó en helicóptero al Parque de los Atletas, localizado en el exclusivo sector de Barra da Tijuca, y antes de subir al escenario se escucharon las campanas y voces gregorianas del trío español Kalacán, que ya grabó en Euskadi con la artista y que la acompaña en su noveno tour.
La canción “Girl gone wild”, de su nuevo álbum, mezclada con apartes de los clásicos “Material girl” y “Give it to me”, fue la encargada de abrir la presentación de la diva, cuatro años después de su último paso por los escenarios brasileños.
Siempre con sus acostumbradas coreografías osadas e insinuantes, Madonna comenzó el recital en un escenario en forma de cuarto de motel barato, adornado con una gran cruz colgada en la pared, en el que la cantante irrumpió sobre la cama luciendo ropa negra ajustada a su cuerpo y empuñando una pistola.
La organización esperaba la presencia 90.000 personas, pero sólo 60.000 acudieron al primer concierto de Madonna en la presente gira brasileña. Horas antes, la artista de 54 años estuvo en el Parque de los Atletas haciendo un reconocimiento del lugar y probando el sonido, incluso llegó a preguntar en portugués al personal técnico y de seguridad “¿sou 'periguete'?” (¿soy liberada?).
Después de la cancelación de la presentación del rapero estadounidense Will.i.am, líder del grupo Black Eyed Peas y que figuraba como telonero, el espectáculo de hoy se inició con la participación en el escenario de los pinchadiscos Felguk, pareja integrada por Felipe Lozinsky y Gustavo Rozenthal, y Gui Boratto.
Los tres pinchadiscos, que repetirán como teloneros en los conciertos del martes y el miércoles en el estadio Morumbí, de Sao Paulo, apaciguaron a los impacientes seguidores de la diva gracias a su habilidad en los mezcladores y elevaron el ánimo de los “fans” de la “Reina del pop”.
En Porto Alegre, el próximo 9 de diciembre, el encargado de abrir el último show de la gira de Madonna en el país suramericano será el también pinchadiscos brasileño Fabricio Peçanha.
En Brasil, Madonna está acompañada por su novio, el bailarín Brahim Zaibat, y por sus hijos Lourdes María, de quince años; Rocco, de once; Mercy, de siete, y David, de seis.
Antes de la parada brasileña del tour “MDNA”, la artista había pasado por Medellín (Colombia), donde ofreció dos conciertos, y su periplo continuará la segunda semana de diciembre en Santiago de Chile y Buenos Aires.
El noveno tour de la “reina del pop” concluirá en Córdoba (Argentina) el 22 de diciembre, después de haber recorrido ciudades como Tel-Aviv, Moscú, Oslo, Roma, Barcelona, Londres, Miami, Nueva York, Toronto y Ciudad de México, entre otras.