Esto es en alusión a una de las trabas a las que debe enfrentarse la princesa Jasmine en el filme.
Smith hizo estas declaraciones en la presentación del nuevo lanzamiento de la factoría Disney en la capital británica, donde compartió escenario con el director de la película musical, Guy Ritchie; el compositor Alan Menken y los intérpretes de Aladdín, Mena Massoud, y de Jasmine, Naomi Scott.
Entre bromas y anécdotas, Smith dedicó unos minutos de su intervención para hablar de la novedad y “la firma de una generación” que recoge la adaptación de Ritchie en contraposición a la versión original de 1992 (Ron Clements y John Musker).
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“Disney añade una brillante historia de Jasmine que aporta un toque moderno a la cinta en la que aparece una princesa que quiere gobernar Agrabah y que tiene que luchar desde su posición para conseguirlo”, expresó Smith al tiempo que mencionó en especial la fortaleza de la canción Speechless.
Esta pista, que significa “Sin palabras” y que canta Jasmine en la película, se consolida como un símbolo del empoderamiento femenino al hablar sobre la independencia y el deseo de una sucesora inteligente y fuerte que quiere convertirse en sultana.
La pretensión del personaje interpretado por Scott se enmarca en un Agrabah “multicultural”, en palabras del director, puesto que se presenta como una ventana al mundo oriental en la que se pueden apreciar influencias árabes, indias o del sudeste asiático tanto en los colores o en el vestuario, así como en los sonidos.
Esta coexistencia entre distintas civilizaciones fue una idea que Massoud quiso también extrapolar a la realidad de la industria cinematográfica actual.
“Creo que Aladdin representa un movimiento que ha surgido en Hollywood y que demuestra que cualquier grupo étnico puede liderar una película hasta la meta”, manifestó el actor.
Del mismo modo, alentó a “seguir haciendo más proyectos en esta línea” con el fin de “ofrecer oportunidades a todas las personas y continuar defendiendo la igualdad y la inclusión”.
Más allá de los comentarios de demanda social, los artistas también compartieron durante el encuentro algunos recuerdos y reflexiones sobre su participación en una de las cintas Disney más esperadas del año.
Según contó Smith, cuando le ofrecieron interpretar al Genio en esta versión de acción real estaba “aterrorizado”.
“Es como si me hubieran pedido hacer el papel de Al Pacino en El Padrino (1972)”, confesó.
Lo que más asustó al de Filadelfia entonces fue la idea de competir con la aportación en los 90 del cómico Robin Williams, de quien subrayó que “revolucionó lo que se podía hacer en una película de animación al marcar a toda una generación cuando dobló al Genio”.
No obstante, Smith encontró la seguridad en la música, más concretamente en la canción Friend like me, la cual condimenta con algunos ritmos del hip-hop.
“Cuando llegué al estudio, estaba preocupado acerca de cómo podía dejar mi huella en la obra. Entonces, pensé en Friend like me y trabajé desde ahí para, no solo intentar captar a la audiencia, sino también para aportar algo de mi personalidad”, dijo.
Además de este clásico musical de Aladdín, la adaptación de Ritchie incluye las famosas One Jump Ahead (Un salto adelante), A whole new world (Un mundo ideal) o Prince Ali (Príncipe Alí), cuya secuencia es el número de mayor envergadura, con 250 bailarines y 200 extras.
Aladdín, Jasmine, el Genio, Jafar (Marwan Kenzari) , el Sultán (Navid Negahban), el mono Abú, el loro Iago, la alfombra mágica y la estética oriental llegan a las salas este jueves.