“Una serie de eventos desafortunados” lanza su versión televisiva

“Una serie de eventos desafortunados”, la saga firmada Daniel Handler bajo el seudónimo de Lemony Snicket, llega mañana a la televisión de la mano de Netflix, en la que el actor Neil Patrick Harris se pone en la piel del malvado Conde Olaf.

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Harris señaló en una entrevista con Efe que le encanta lo “grande” que se siente el mundo fantástico en el que se desarrolla la historia, donde “hay casas que se balancean en la cima de una montaña, pantanos llenos de sanguijuelas y enormes mansiones a punto de derrumbarse”.

La primera temporada de la nueva serie constará de ocho episodios en los que se adaptarán los primeros cuatro libros de la saga y se prevén más temporadas para desarrollar la historia completa.

El actor, que ganó popularidad por su papel de Barney Stinson en How I Met Your Mother asegura que la serie respeta, casi por completo, la saga de trece libros del estadounidense Handler, bajo el seudónimo de Lemony Snicket, narrador de las historias, que participó en la adaptación televisiva al escribir el guion y fue uno de sus productores.

Harris, padre de dos pequeños de seis años, aseguró que no puede esperar a que sus “hijos sean mayores para que la lean”, la saga de Handler Y mostró su deseo de que “los chicos que vean esto (la serie) y se exalten o asusten y lo encuentren divertido, oscuro e interesante, lean el libro para apreciarlo de otra manera”.

Una serie de eventos desafortunados relata las peripecias de tres hermanos huérfanos -Violet (Malina Weissman), de catorce años, Klaus (Louis Hynes), de doce, y la bebé Sunny (Presley Smith)-, que son perseguidos por su guardián, el Conde Olaf (Harris), para quedarse con su herencia millonaria.

La ingeniosa Violet, el inteligente Klaus y la bebé de afilados dientes Sunny utilizarán sus habilidades especiales para escapar del malvado Conde Olaf, quien se disfraza de ridículos personajes para engañar a las personas y retener en su poder a los chicos. Pero en cada ocasión, los hermanos logran identificar al villano, que cambia su apariencia completamente, e idean un plan para evitar ser capturados.

El hecho de adoptar distintos roles no fue un problema para el actor, a pesar de que tuvo que cambiar físicamente y pasar de ser el villano Olaf a un capitán marino, por ejemplo, o a una recepcionista.

”Fue fácil para mí caracterizarlos. Será que soy un poco esquizofrénico“, afirma antes de confesar que el personaje que más disfrutó hacer fue el de la recepcionista Shirley, ”que tenía un trasero enorme, los dientes asquerosos de Olaf y una peluca mal puesta“.

El actor relata divertido que pudo ”coquetear mucho con el equipo y hacerlos sentir muy incómodos“.

”A todos esos machos heterosexuales con sus cintos llenos de herramientas, les decía:'¿qué harás con ese martillo? Se me ocurren algunas cosas' y me miraban como si fuera un monstruo“, cuenta con voz bien aguda y simulando ademanes femeninos.

Para desarrollar los distintos personajes , Harris pasó a diario en maquillaje alrededor de dos horas y media, dependiendo del papel que le tocaba interpretar.

”Estuvimos mucho tiempo mirando mi cara para ver cómo lo haríamos. Creo que es lo que más me llevo de este trabajo como actor: cuánto se puede mover la cara de formas distintas para lograr distintos objetivos. Ahora lo hago más que antes", explica.

Ésta es la segunda vez que los libros tienen una adaptación audiovisual, ya que en 2014, Paramount Pictures lanzó una película protagonizada por Jim Carrey, narrada por Jude Law y dirigida por Brad Silberling.

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