Truman, de Cesc Gay, fue el filme que más estatuillas obtuvo en la gala, seis Gaudí, entre ellos el de mejor filme en lengua no catalana, el de mejor dirección, mejor guión, mejor actor protagonista y secundario y mejor actriz secundaria.
El actor argentino Ricardo Darín mereció el Gaudí al mejor protagonista masculino por su papel en esta cinta de Julián, un actor con cáncer terminal. Javier Cámara, premio al mejor actor secundario también por Truman, recogió el Gaudí en su nombre y presentó el vídeo que envió el actor argentino con sus agradecimientos.
El éxito que Truman cosechó en Barcelona confirma los presagios que ya sitúan a este filme entre los favoritos en los premios Goya, que se fallarán la próxima semana en Madrid.
El Rey de La Habana, que era la película que partía con más nominaciones junto con Anacleto: Agente Secreto, con doce, recibió cuatro estatuillas, todas de premios técnicos: montaje, música original, fotografía y vestuario. El mismo número de Gaudí recibió Anacleto: Agente Secreto, igualmente premios técnicos (dirección de producción, dirección artístico, sonido y efectos especiales digitales).
El Gaudí a la mejor película fue para El camí més llarg per tornar a casa, dirigida por Sergi Pérez y escrita por el propio cineasta, así como por Eric Navarro y Roger Padilla.
Con un decorado inspirado en El Gran Gatsby, la gala, considerada por la mayoría como aburrida, lenta y con una presentadora, Rossy de Palma, a momentos histriónica, tuvo el momento gracioso cuando un micrófono no cerrado le jugó una mala pasada y se le escuchó decir “estoy jodidilla”, frase que después se repitió como un mantra en las redes sociales.
El momento más reivindicativo llegó de la mano de la cantante Silvia Pérez Cruz, que cantó un tema compuesto para una futura película sobre los desahucios y la falta de pan.