El actor, director y productor de 40 años, que desarrolló su carrera en televisión creando series como Padre de Familia, irrumpió en el cine hace dos años con el irreverente osito de pelucho Ted.
La película recaudó a nivel mundial 548 millones de dólares, un resultado excepcional para una comedia para adultos, y propició una segunda entrega que saldrá en 2015.
En Pueblo chico, pistola grande, que se estrena el viernes en Paraguay, MacFarlane logra combinar de forma magistral su descarado humor contemporáneo con el clásico western. Además, se otorga el primer papel protagónico de su carrera, ya que hasta ahora siempre se había quedado tras las cámaras o en los estudios de grabación para dar su voz a los personajes de Padre de familia.
Según explicó el propio MacFarlane durante una rueda de prensa en Beverly Hills, este gran paso fue una experiencia menos desestabilizadora de lo que pensó en un primer momento.
Esta actuación “fue algo mucho más cercano al trabajo de dar voces de lo que había pensado”, reconoció. Evidentemente, al estar ante la cámara, “utilizas todo el cuerpo y ciertas cosas son diferentes, pero en un estudio de grabación, en donde nadie me mira, mi rostro está lleno de expresiones diferentes cuando interpreto a distintos personajes”.
En la cinta, el actor da vida a Albert, un pastor romántico y cobarde que odia el Far West y sueña con una vida mejor con su enamorada, que lo abandona cinco minutos después del inicio del film.
Pero la llegada a la ciudad de una mujer tan seductora como misteriosa (Charlize Theron) le dará nuevas perspectivas.
La película, que cuenta con un increíble reparto de personajes secundarios (Amanda Seyfried, Liam Nesson o Sarah Silverman) , da también la oportunidad de conocer a una Charlize Theron más cómica, que vivió este personaje como una “liberación”.
“Todo en esta experiencia daba un sentimiento de libertad”, confesó la actriz sudafricana. Con un filme como éste, “uno necesitaba sentirse cómodo. Y si estás con un gran cineasta en quien poder confiar, como Seth, uno se siente motivado a hacerlo”.
El actor y director es “muy claro y preciso, es un tipo muy divertido”, afirmó Theron. “Trabajar en esta película no fue tan duro como ir al dentista”, bromeó.
Fiel al estilo de MacFarlene, la cinta no se olvida de nadie: todas las comunidades y minorías están representadas, al tiempo que el director no teme a la vulgaridad o a la grosería. El espectador ya reconoce la predilección de MacFarlane por las apariciones furtivas de estrellas.
Aunque las bromas se suceden y que la película es ante todo una comedia, a veces romántica, MacFarlane no ha buscado explícitamente parodiar el género del western, al que incluso rinde homenaje tanto en los decorados como en la música, inspirada en los grandes clásicos.
La película fue grabada en el estado de Nuevo México (suroeste de EEUU) , donde los paisajes fueron grandes aliados, pero el clima se convirtió en una auténtica pesadilla.
“Tuvimos todos los fenómenos meteorológicos más extremos, a veces al mismo tiempo” , recordó MacFarlane. “Calor insoportable. Vientos árticos. Lluvias torrenciales. Rayos y truenos. Hasta granizo. Nos reímos, pero fue realmente un problema” .
Theron fue mucho más filosófica: “Reímos mucho, bebimos mucho, casi morimos juntos. Ahora estamos unidos para toda la vida”.