Después de salvar Bohemian Rapsody, ganadora de cuatro óscares y dos Globos de Oro, el director británico cuenta ahora la historia de otra leyenda de la música en Rocketman, que se estrena este jueves en cines de Paraguay.
Fletcher aterrizó en la biopic sobre Freddie Mercury y Queen a finales de 2017, cuando Bryan Singer -acusado de abuso sexual- fue despedido faltando dos semanas de filmación.
“Fue realmente una coincidencia”, dijo a la AFP el director de 53 años. “Trabajé en Bohemian Rhapsody unos años antes y esa versión no cuajó”, siguió el realizador, que fue contratado en 2013 para dirigir un primer proyecto del filme, pero fue despedido por diferencias creativas un año después.
“Cuando me pidieron que asumiera (el proyecto) conocía el material, lo conocía bien”, añadió. “Si las cosas hubieran pasado como debieron pasar, no hubiera estado involucrado en Bohemian Rhapsody y está bien. Pero estuve e hice lo que tenía que hacer; pero mi foco realmente fue siempre Rocketman”.
Y aunque Fletcher asumió el resto del proyecto, apareció en los créditos como productor ejecutivo y no como director, título que retuvo Singer por reglas del sindicato.
Queen y Elton John estuvieron siempre en el repertorio de Fletcher, que como actor es conocido por su trabajo con Guy Ritchie en Lock, Stock and Two Smoking Barrels.
“Esta música fue lo mejor de los 70, de los 80”, indicó el director, que admitió tener una inclinación hacia “el material de Elton” y le emociona poner en la gran pantalla esos grandes temas.
“Cuando viene esa gran canción que todo el mundo se sabe y ama, es una gran experiencia unificadora”, expresó.
“En Rocketman tenemos grandes canciones que reinterpretamos” con la voz de Taron Egerton (Kingsman), que da vida al joven Reginald Kenneth Dwight, el nombre de pila que luego cambió el caballero británico.
La película se pasea entre los inicios del niño Reggie en el piano, su rechazo adolescente a tocar música de “gente muerta”, su debut en el club Troubadour de Los Ángeles en 1970 y sus grandes conciertos agotados en el Dodger Stadium, cinco años después.
Fletcher aclaró que la película “no es una biografía oficial”, sino una recopilación de “recuerdos” del propio cantante, que ganó cinco Grammys, vendió 300 millones de discos y que en el filme aparece como productor ejecutivo.
Su esposo, el cineasta David Furnish, fue también productor.
“Estamos dentro de los recuerdos de Elton y los recuerdos son falibles: las cosas se confunden un poco”, indicó el realizador. “No estamos encerrados, restringidos a los hechos. Tuvimos la libertad de la imaginación, que es mucho más importante para una película”.
“Fue muy liberador tener a Elton como nuestro narrador”, insistió.
El realizador aseguró que la película no “rehuye” de la homosexualidad de Elton John, como algunos críticos coinciden ocurrió en Bohemian Rhapsody.
“Sabemos que Elton es gay, sabemos que Freddie era gay”, indicó Fletcher, asegurando que la película habla “del primer amor de Elton”, declarado abiertamente homosexual en 1988. “No hay nada de qué avergonzarse”.
La cinta, que tiene escenas de sexo explícitas, “es un musical censura R” o restringido, según el sistema estadounidense, adelantó el realizador.
Elton “expresó sus pensamientos, sus ideas, pero también fue muy generoso. Sabía que teníamos que hacer nuestra versión” de lo que considera es una “fantasía musical”, pero también una historia de supervivencia, indicó Fletcher.
“Tuvimos gran acceso, le dio su bendición a Taren, nos dio su bendición y fuerza para ser honestos, para celebrar a Elton y a su vida”.