Todavía con algunos días por delante antes de cerrar la campaña veraniega, un periodo en el que los estudios concentran la mayor parte de sus apuestas para el gran público, las estimaciones de consultoras como comScore apuntaron que la recaudación total en Norteamérica (los datos de Canadá se suman siempre a los de EE.UU.) ya ha superado holgadamente los 4.000 millones de dólares.
El listón no estaba muy alto en esta ocasión, ya que el verano de 2017, con 3.778 millones de ingresos, fue el peor desde el de 2006, en el que la taquilla total ascendió a 3.732 millones.
Tras unos meses sin grandes patinazos, con Han Solo: Una historia de Star Wars como triste excepción, AMC, la mayor cadena de cines en Estados Unidos, reflejó la buena marcha del sector al señalar que en su segundo trimestre, el que va de abril a junio, obtuvo 22,2 millones de dólares de beneficio neto frente a los 176,5 millones de pérdidas que había registrado en el mismo periodo de 2017.
Aunque normalmente se considera que el verano cinematográfico para Hollywood comienza en mayo y termina en agosto, 2018 ha sido un poco particular, ya que Avengers: Infinity War, la película llamada a articular el complejo entramado narrativo de las cintas de Marvel, se estrenó el 27 de abril. Con 678 millones de dólares de recaudación, esta película ha sido la reina del verano en Estados Unidos y Canadá y se ha quedado cerca de igualar a Pantera Negra, todo un fenómeno que ha sumado 700 millones desde febrero.
Avengers: Infinity War dejó claro que los superhéroes (y sus incontables secuelas) tienen todavía mucha vida comercial por delante, tal y como mostraron los éxitos veraniegos de Deadpool 2 (318 millones) y Ant-Man and the Wasp (208 millones).
De continuaciones y de ganar mucho dinero sabe más que nadie Disney, que con Los Increíbles 2 no solo consiguió 594 millones de ingresos sino que además batió el récord de la película de animación más taquillera de la historia en EE.UU. y Canadá. Y los dinosaurios de Mundo Jurásico: El Reino Caído, la película del español J.A. Bayona, también se comieron los cines a grandes bocados hasta anotarse 412 millones.
Entre los patinazos de Hollywood sobresale Han Solo: Una historia de Star Wars, cuya recaudación de 213 millones, para un total en todo el mundo de 392 millones, se quedó muy lejos de las esperanzas galácticas de Disney y Lucasfilm. También resultó decepcionante la taquilla de Rascacielos, película de acción de Dwayne Johnson que, con 226 millones en el mercado internacional, pudo maquillar los escasos 67 millones que obtuvo entre EE.UU. y Canadá. Mucho mejor funcionaron otras cintas del género como Misión Imposible: Repercusión, con 181 millones; y Megalodón, con 84 millones y tan solo dos semanas en la gran pantalla.
Y, más allá de negocios descomunales y cifras astronómicas, este verano demostró que el público responde de manera positiva a películas que llevan la diversidad y la inclusión en su ADN. El mejor ejemplo fue la comedia romántica Locamente millonarios, que se estrenó el pasado fin de semana y que alcanzó el número uno de la taquilla con una excelente recaudación de 34 millones. Se trata de la primera película de un gran estudio de Hollywood, en este caso Warner Bros., encabezada por un reparto formado completamente por actores de origen asiático desde el lanzamiento de The Joy Luck Club (1993).
Además, historias sobre la población afroamericana o con actores o cineastas negros también recibieron el respaldo de la crítica y de los fans. Así, El Infiltrado del KKKlan, del prestigioso director Spike Lee, ha sumado 23 millones tras dos semanas en los cines; y Sorry to Bother You, del activista y músico Boots Riley, se ha anotado 16 millones.