Sin mostrarse alterada por su victoria con el 62% de los votos ante el joven rockero Giacomo Voli, llamó a todos los asistentes a rezar el Padre Nuestro “para agradecer” a Dios.
“Quiero que Jesucristo entre aquí, es un sueño”, tras recibir el trofeo de “The Voice of Italy” , que representa tres dedos de una mano sosteniendo un micrófono. También agradeció calurosamente a su "coach" en el programa organizado por la RAI Due, el rapero J-AX, por haberla "protegido" frecuentemente ante quienes la criticaban.
Por su parte, el cantante, quien se había descrito como “el diablo ante el agua bendita”, consideró "increíble" el desempeño de Sor Cristina, que el jueves se presentó entre cuatro finalistas rigurosamente ataviada con un vestido y velo negro. Él la animó a “cambiar las cosas, a brindar un ejemplo importante”.
“Tengo un don y os lo entrego”, había lanzado Cristina Sciuccia, de 25 años de edad, cuando los cuatros jueces del programa, tras elegirla por unanimidad el pasado 19 de marzo en una audición a ciegas, le preguntaron lo que hacía. La presencia de una monja destacó particularmente en este concurso reservado generalmente a los aficionados a la brillantina.
La famosa cantante y presentadora Raffaella Carra, sorprendida por la vestimenta de Sor Cristina, en hábito y velo gris de monja, incluso le preguntó si era una verdadera religiosa y lo que pensaba del papa Francisco, del que la joven siciliana dice inspirarse.
“Todo esto ocurrió porque, fuera, hay una sed de alegría, de amor, una sed de un mensaje bello y puro”, había explicado la hermana Cristina en su primera conferencia de prensa, el miércoles, víspera de la gran final.
Desde su selección por parte del rapero J-Ax -para jugar con el contraste entre “él el diablo y ella el agua bendita” - el entusiasmo del público por la joven Cristina que tomó los hábitos en 2012 no fue desmentido. Ha permitido a la RAI Due (segundo canal público italiano) batir sus propios récord de audiencia, sistemáticamente por encima del 15%.
Su interpretación, el día de la audición a ciegas, de la canción pop “No One” de Alicia Keys ha sido vista más de 50 millones de veces en Youtube y tanto su antiguo novio como su profesor de canto han dado entrevistas a los medios de comunicación.
La joven Cristina Scuccia, que se describe como una antigua rebelde en ruptura con la religión, inició su recorrido encarnando un poco por desafío y un poco por juego a la fundadora de la orden de las Ursulinas, Santa Ángela de Mérici, en una comedia musical montada en 2008 por esta congregación en Palermo. Un año después, se hizo novicia antes de viajar a Brasil para trabajar con niños desfavorecidos y de tomar el hábito hace dos años.
La joven religiosa cuenta también con sus detractores.
La última candidata italiana al concurso de Eurovisión, Emma Marrone, ella misma descubierta por un programa de televisión, la calificó de “insulto para el mundo del espectáculo”.
Algunos críticos musicales estiman que su éxito se debe más al símbolo que representa en un país todavía impregnado por el catolicismo y al efecto mediático que a su voz, que consideran relativamente limitada.
Su “coach” en el programa, J-Ax, la había descartado de hecho en semifinal a favor de un rapero, y fue la votación del público la que la rescató y propulsó a Sor Cristina a la final.
La joven sin embargo dice estar muy serena sobre su futuro.
Aunque tras ganar el concurso publicará un disco con Universal Music, no pretende renunciar a su vocación. Y se dijo dispuesta a “volver a una vida normal” y a contentarse con cantar “con jóvenes, en la iglesia, la parroquia o las escuelas”, si sus superiores así lo deciden.
Pero tampoco cierra la puerta a una carrera discográfica: “Vivo el momento presente, dejo el futuro en manos de la Providencia y seguiré cantando allá donde me llame el señor”.