“Sicario”, drama en frontera EE.UU.-México que refleja el mundo actual

LOS ÁNGELES. La violencia diaria que envuelve la frontera entre Estados Unidos y México ha inspirado decenas de películas, pero “Sicario” llega con la voluntad de convertir este oscuro universo en una metáfora sobre cómo es el mundo de hoy.

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De la mano de la agente del FBI Kate Macer (Emily Blunt), el espectador se adentra en una operación encubierta para atrapar a un capo de la droga en la localidad mexicana de Ciudad Juárez. Pero su ética y sentido de la justicia se ven totalmente confrontados al quehacer de Matt Graver (Josh Brolin), el líder del operativo que se mueve al margen de las leyes.

Junto a él está Alejandro (Benicio del Toro), un exfiscal colombiano ávido por vengar la muerte de su esposa y de su hija, que actúa como sicario con el beneplácito del ejército estadounidense.

La cinta, que se estrena este viernes en Estados Unidos y a partir del 8 de octubre en Latinoamérica, optó en mayo a la Palma de Oro en el festival de Cannes.

El cineasta canadiense Denis Villeneuve, que en el pasado triunfó con Incendies (2010), La Sospecha (2013) y Enemy (2013), se esforzó por plasmar ante todo “el violento contraste” que en su opinión separa ambos países.

“Una sociedad protege y la otra sociedad se somete, una es responsable de la violencia que llega a la otra”, explica el director durante una entrevista con la AFP . Por eso “esta frontera dice mucho de nuestro mundo y de lo que puede pasar mañana”.

Solo hace falta mirar alrededor, apunta. Europa está hundida en una crisis por el éxodo masivo de inmigrantes y Occidente está metido en una guerra contra el Estado Islámico, por ejemplo. La clase política, además, se empeña por “simplificar las cosas” como vía para solucionar problemas y “convertir el mundo en blanco y negro”, subraya.

A través de la sinergia que se da entre los protagonistas de Sicario, Villeneuve, de 47 años, también pone de manifiesto las debilidades de Estados Unidos para gestionar sus propios asuntos. “La cinta plantea preguntas sobre la forma de los estadounidenses para solucionar sus problemas con la frontera”, señala el cineasta, “muchas veces al margen de la ley”.

“Si la gente acude esperando aprender algo nuevo sobre los cárteles, se llevará una decepción”, avisa.

El film encontró en Ciudad Juárez el mejor escenario para desarrollar la trama, que al mismo tiempo puso en jaque la integridad del rodaje.

Ciudad Juárez, de 1,3 millones de habitantes y fronteriza con Estados Unidos, se convirtió hace algunos años en un campo de batalla entre los cárteles de Ciudad Juárez y de Sinaloa, que en sus luchas internas y contra las autoridades dejaron miles de muertos.

Aunque los homicidios han descendido desde 2010, la ciudad sigue siendo una de las puertas de acceso de la droga hacia el norte.

En este contexto de inseguridad, el comando liderado por Matt Graver se mueve con total libertad para desmontar una red de narcotraficantes y procesar a los cabecillas ante la justicia estadounidense. La agente Macer encarna “lo correcto”, pero al final el espectador asiste a “la erosión progresiva del personaje y la desintegración de sus convicciones”.

“Termina totalmente enfrentada a sus decisiones morales”, avanza Villeneuve. La lucha también estará en si logra retomar sus propias riendas.

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