“Desde luego, nunca pensé que iba a pasar tanto tiempo manejando un arma semiautomática”, dijo entre risas la actriz. “La idea de que yo pudiera encarnar a una superheroína, tan enigmática y consciente de sus facultades como Black Widow, ni siquiera era una posibilidad hace diez años. No pensé que mi carrera fuera a tomar esta dirección, pero me siento afortunada de haber abierto ese camino porque creo que es algo sin precedentes. La verdad es que nunca lo imaginé”, añadió.
Teniendo en cuenta ese currículum, que engrosará en el futuro próximo con Avengers: Age of Ultron, no es de extrañar que el francés Luc Besson, creador de míticas heroínas en obras como Nikita (1990), El Profesional (1994) o El Quinto Elemento (1997), se fijara en ella para protagonizar Lucy.
“El personaje de Lucy es una especie de culminación de todos los que Luc creó anteriormente”, indicó la intérprete de 29 años, que espera su primer hijo, fruto de su relación con el periodista francés Romain Dauriac.
“Cuando conocí a Luc y me ofreció el papel, aún no existía el guión. Solo sabía que se trataba de un proyecto para el que había esperado diez años. La única base que disponía para aceptar la oferta era su trabajo previo, que conocía perfectamente. Y acepté”, explicó.
Lucy es un thriller de acción que examina, en clave de ciencia ficción, qué ocurriría si una persona pudiera hacer uso del cien por cien de su capacidad cerebral y acceder a los rincones más insospechados de su mente. Eso es lo que le sucede al personaje de Johansson, una estudiante estadounidense en Taiwán, cuando, de forma accidental, una droga le otorga poderes sobrehumanos que van creciendo paulatinamente.
“El reto era encarnar a una mujer en constante transición, destinada a perder su humanidad. Traté de que, durante su evolución, Lucy se aferrase a establecer conexiones con pequeñas cosas, como la textura de las cosas o los colores... Debía conseguir que esos rastros de vida interior se hicieran palpables. Fue muy difícil”, manifestó.
El reparto de la cinta lo completan Morgan Freeman, Choi Min-sik y Analeigh Tipton.
La vida real de Johansson, sin embargo, poco tiene que ver con las acrobacias y exigencias físicas que requieren esas cintas. “Nunca me he peleado con nadie. Soy una persona muy pacífica. No peleo con mis manos, sino con mis palabras”, declaró la artista, que en 2008 y 2009 probó suerte en la música con los discos Anywhere I Lay My Head, en solitario, y Break Up, junto a Pete Yorn.
Para el próximo año, la actriz, además de reencontrarse con los Coen en Hail, Caesar! y prestar su voz a la serpiente Kaa en la nueva El Libro de la Selva, de Jon Favreau, prepara su debut como directora con Summer Crossing, adaptación de la primera novela de Truman Capote.
En su carrera, que comenzó hace 20 años, ha trabajado con nombres como Robert Redford, Woody Allen, Christopher Nolan, Sofia Coppola o Spike Jonze, y hay una lección que se le ha quedado grabada de todos esos rodajes.
“El cine es un trabajo colaborativo. Funciona mejor cuando todos están contratados porque son los mejores en lo suyo. Debe haber una conversación abierta y que todo el equipo comparta la visión del director. Cuando esa noción se pierde, también se pierde la posibilidad de enriquecer y expandir tu visión. Sé que todo el mundo aporta. Las piezas, unidas, hacen funcionar todo”, finalizó.