Robert Redford se rinde a la magia de los niños en “Mi Amigo el Dragón”

LOS ÁNGELES. A punto de cumplir 80 años y reverenciado como una leyenda incontestable de la gran pantalla, Robert Redford, al frente como actor de la nueva versión de “Mi Amigo el Dragón”, alabó la magia propia del mundo de los niños.

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“Creo que 'magia' es una palabra maravillosa y me parece que es parte del vocabulario del cine. Creo que (la magia en el cine) debería conservarse”, explicó Robert Redford en un encuentro reducido con la prensa en el que participó Efe.

“Creo que unir realidad y fantasía es genial y eso es lo que definitivamente intenta hacer Mi Amigo el Dragón”, añadió el intérprete sobre la cinta que llegará esta semana a los cines de Estados Unidos bajo las órdenes del director David Lowery (Ain't Them Bodies Saints, 2013) y con la intérprete Bryce Dallas Howard en su elenco.

El clásico de Disney Mi Amigo el Dragón (1977), un musical que combinaba animación y actores reales, vuelve a la vida con una película muy diferente que, según dijo su director, “usa el mismo título pero cuenta una nueva historia”.

Esta reinterpretación de Mi Amigo el Dragón, un largometraje de factura clásica y con el aroma de las viejas historias de aventuras para toda la familia, presenta a Pete (Oakes Fegley), un niño que, tras perder a sus padres en un accidente de automóvil, sobrevive durante años en el bosque junto a Elliot, un adorable y cariñoso dragón que parece más un gigantesco peluche que un monstruo.

Las leyendas acerca de un misterioso dragón oculto entre la naturaleza que se contaban en los pueblos de alrededor cobrarán, de repente, un significado muy real cuando los forestales encuentran a este “niño salvaje” que sólo habla de su mejor amigo Elliot.

Para Redford, que se pone en la piel de un hombre que se ha pasado la vida asegurando que el dragón existe, el filme pone énfasis en mirar “más allá de lo que está frente a ti” y observar lo que parece invisible, algo que, en su opinión, es “muy saludable”.

“Creo que la tecnología ha estrechado nuestra mirada. Ahora nos perdemos la naturaleza en su 'estado natural' y tenemos que verla reproducida en nuestras pantallas. Es algo que me causa tristeza”, argumentó.

Asimismo, Redford ensalzó la magia y la imaginación que rodea al mundo de los niños y recordó su propia fascinación cuando de pequeño vio películas como Fantasía (1940) y Bambi (1942). “Me dije: 'Bueno, eso es lo que las películas pueden hacer. Pueden crear magia, tanto magia oscura como magia brillante'”, rememoró.

En un sentido similar, el actor defendió que Mi Amigo el Dragón muestre a los más pequeños emociones no sólo infantiles, desde la alegría al miedo. “Me parece que es necesario simplemente porque el mundo es más grande y más oscuro y los niños no saben cómo de complicadas son las cosas”, indicó.

También su compañera de reparto Bryce Dallas Howard se refirió al componente sentimental de las películas de Disney y bromeó con que en muchas de ellas mueran los padres nada más comenzar, un aspecto que, en realidad, “es el mayor miedo de cualquier niño”.

“Disney tiene su propia historia de películas en las que los personajes centrales son jóvenes, que se enfrentan a las peores situaciones posibles y no son sólo capaces de soportarlas sino también de encontrarse a sí mismos debido a ellas”, afirmó la actriz, quien añadió que el mensaje de Mi Amigo el Dragón destaca “ lo que cuesta encontrar a tu familia cuando crees que la has perdido ” .

De la misma manera, Dallas Howard subrayó que le encanta trabajar con niños porque “jugar y disfrazarse” es para ellos “su estado natural” y algo con lo que conectan de manera instantánea. “Con mis hijos, en el momento en el que digo 'vamos a fingir que hay lava ardiente', ellos ya están ahí. Es realmente lava ardiente y es intenso”, describió.

La duda, en cualquier caso, es si una historia tan tradicional como la de Mi Amigo el Dragón, una de las últimas grandes apuestas de Hollywood para esta temporada veraniega, puede calar en los jóvenes de la generación de Pokemon GO, acostumbrada a superhéroes, videojuegos e imponentes despliegues audiovisuales de todo tipo.

“Mi esperanza, y averiguaremos si esto es verdad o no, es que pese a la extrema alfabetización audiovisual del público actual del cine, especialmente los niños, una buena historia, con personajes y emociones que les lleguen, tendrá todavía su lugar”, concluyó el realizador David Lowery.

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