Retrospectiva: “Los 4 Fantásticos” (2005)

La primera aventura en el cine de la “primera familia” de Marvel Comics es un filme vacío de emoción, inteligencia o aspiraciones más allá de lo comercial.

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Una historia que quizá muchas de las personas que no viven muy pendientes del mundo de los cómics o el cine sabrán es que la película de Los 4 Fantásticos estrenada en 2005, si bien fue la primera adaptación de la icónica familia de superhéroes de Marvel en llegar a las salas de cine, no fue la primera en hacerse, ya que en 1994, el legendario productor y director Roger Corman apadrinó una producción basada en los personajes, aunque solo para no perder los derechos cinematográficos de los personajes y jamás con la intención de que la película realmente viera la luz.

Eventualmente, los derechos de estas creaciones de Stan Lee y Jack Kirby llegaron a la 20th Century Fox, y en 2005 finalmente los fans de los cómics pudieron ver a los cuatro pilares del Marvel Comics moderno en la pantalla grande... y entonces la mayoría deseó no haberlo hecho. Porque lo que resulta evidente al ver la versión de 2005 de Los 4 Fantásticos es que no hay muchas más aspiraciones artísticas en esta película que en aquél filme producido por Corman. La finalidad no es precisamente el contar una historia interesante.

El filme dirigido por Tim Story comienza con un científico llamado Reed Richards (Ioan Gruffudd) y su amigo Ben Grimm (Michael Chiklis) visitando a Víctor von Doom (Julian McMahon), un ridículamente acaudalado magnate de... algo; el filme nunca hace muy claro a qué se dedica su empresa, pero aparentemente es muy bueno en lo que sea que hace, porque tiene su propia estación espacial, y esas cosas no son baratas. Reed, rechazado por la NASA, sabe que una nube de radiación cósmica pasará cerca de la Tierra necesita que Victor le permita viajar a la estación.

Asegurándose de parecer siempre lo más obviamente malvado posible, Victor accede e incluso acompaña a Reed, Ben y a los dos otros miembros de la tripulación, su mano derecha y exnovia de Reed, Susan Storm (Jessica Alba), y el hermano de esta, Johnny (Chris Evans). Como en los cómics, algo sale mal y la radiación los afecta, dejándolos con increíbles poderes; Reed adquiere elasticidad sobrehumana, Susan puede crear campos de fuerza y volverse invisible, Johnny puede encender su cuerpo en llamas y Ben se transforma en una criatura de piedra.

La radiación puede no haber sido lo suficientemente letal para matar a nuestros héroes (y al villano), pero el guión es lo suficientemente nocivo para matar a la película. El problema más obvio es que entre el accidente espacial y el enfrentamiento final de la película, nada de relevancia pasa. Parece la curiosa fusión entre la primera parte de una película de superhéroes promedio – en la que los protagonistas descubren sus poderes y aprenden a usarlos – y una telenovela y una “sitcom” particularmente mediocres. Un triángulo amoroso insípido entre Reed, Susan y Victor -los cuales tienen absolutamente nada de química entre sí - toma una desesperante cantidad de tiempo en pantalla, cuando el filme no tiene ganas de dedicar atención a Ben luchando con su nueva apariencia – algo mucho más interesante pero presentado de forma igualmente torpe – o a Johnny haciendo payasadas y justificando la escandalosamente obvia y mala ubicación de publicidades en la película.

El filme establece que estos son personajes con historia entre sí, pero en ningún momento se molesta en hacernos conocerlos remotamente bien. Está más preocupado en hacer tontas referencias a sus futuros poderes en el diálogo ("siempre te estiras demasiado", "estás que ardes", etcétera), conformándose con reducir a los personajes a sus formas más unidimensionales posibles. Tratar de sentir la tensión emocional o sexual entre Reed y Susan es igual a tratar de sentir empatía por servilletas con caras dibujadas.

Lo trágico es que actores elegidos no son malos; Michael Chiklis y Julian McMahon hacían buen trabajo en TV, en The Shield y Nip/Tuck respectivamente; Jessica Alba ha probado en múltiples ocasiones que es una actriz capaz y Chris Evans como Capitán América es una de las mejores decisiones de cásting hechas por Marvel Studios. Pero el guión es tan estéril que difícilmente los actores hubieran podido hacer algo por elevar el filme por sí solos.

Quizá un poco de acción de calidad hubiera salvado a la película, pero ni siquiera eso encontramos en Los 4 Fantásticos; la escasa acción – limitada casi totalmente al final – es como máximo aceptable, con efectos decentes a ocasionalmente pésimos.

Comunmente el consenso entre los fans de los cómics es que Batman y Robin, el infame filme de Joel Schumacher que puso en coma al Hombre Murciélago en el cine hasta que Christopher Nolan lo despertara, es de lo peor que el género ha producido jamás (junto con otros ilustres candidatos al dudoso honor como Howard the Duck y Catwoman), pero al menos en Batman y Robin hay un esfuerzo, por mucho que haya fallado. Personalmente, tengo diez veces más respeto por Batman y Robin que por la hora y media de cine sin alma que es Los 4 Fantásticos.

Mañana: Los 4 Fantásticos y Silver Surfer (2007)

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