La película, que fue candidata al Óscar a la mejor película extranjera y que hace meses se estrenó en países como Argentina, España o Francia, no llegó a los cines británicos hasta el viernes.
Uno de los cuentos narra como un piloto logra reunir en el pasaje a las personas que detesta y acaba estrellando intencionalmente el avión. Eso último, estrellar el avión, hizo Andreas Lubitz, copiloto de un vuelo de la aerolínea Germanwings entre Barcelona y Düsseldorf el 24 de marzo, matando a 150 personas.
“Después del incidente del vuelo de Germanwings el 24 de marzo, tengan presente de que Relatos salvajes contiene una secuencia que algunos pueden encontrar perturbadora”, advirtió la cadena de cines británica Curzon.
El British Film Institute (BFI), avisó por su parte de que la película “es una obra de ficción, y cualquier similitud con acontecimientos reales es accidental y una lamentable coincidencia”.
Todas las críticas, muy buenas en general, repararon en la coincidencia, como la revista Time Out. El film, producido por el español Pedro Almodóvar y dirigido por Damián Szifrón, empieza “con un cuento breve, de venganza salvaje, ambientado en un avión (horriblemente inoportuno, de hecho, dado el desastre aéreo de esta semana en Francia)”.
El crítico Mark Kermode, de la BBC y The Observer, también elogiaba el film pero avisaba: Relatos salvajes es “chocante e incisiva como un cuchillo, pero tengan en cuenta lo siguiente: la tragedia de los Alpes arroja una sombra inesperada sobre la parte inicial”.
El documentalista James Jones explicó en Twitter que la película era “brillante” pero que la escena del avión le “puso un poco enfermo”.
La pregunta que se hicieron muchos espectadores es si Lubitz pudo haberse inspirado en el film. “Todos los que fueron al cine querían discutirlo después. Todos me preguntaban, ¿crees que el copiloto vio la película?”, explicaba en Twitter Serena Braida.