La misteriosa desaparición fue detectada el lunes y se estima que la supuesta profanación de la tumba tuvo lugar entre el 4 y el 12 de julio, informa hoy, en declaraciones al popular diario Bild, el director del cementerio de Sathnsdorf, Olaf Ihlefeldt.
Todo apunta a que la tumba fue abierta con una palanca y entre las posibilidades que se barajan como móvil posible está la de un ritual satánico, apunta ese rotativo, ya que sobre el sepulcro se encontraron restos de cera reciente.
“Abrí la sepultura con un presentimiento, a lo que siguió el horror de constatar que se habían llevado la cabeza. No sé si estará entre tanto entera. El cadáver estaba envuelto en un sudario”, explica Ihlefeldt.
Los restos de Murnau (1888-1931), fallecido en un accidente de automóvil en Estados Unidos, reposaban en el panteón familiar berlinés desde 1932. Ahí yacen asimismo los cuerpos de sus hermanos, cuyas tumbas siguen intactas.
Bild alude en su información a sucesivos hechos misteriosos en torno a los artífices del clásico del cine de horror Nosferatu, entre ellos la leyenda que circuló en torno a su actor protagonista, Max Schreck, de quien se dijo que era un vampiro auténtico.
Schreck falleció de forma inesperada a los 56 años, mientras que el cámara de la película, Fritz Arno Wagner, murió en un accidente durante un rodaje.
El propio Murnau murió con 42 años en un accidente ocurrido en Santa Barbara (California), cuando viajaba en un coche que conducía un joven de 14 años, al parecer su amante, dice Bild. Las investigaciones policiales se orientan en varias direcciones, desde robo a vulneración del reposo de los muertos.