El actor, ganador de un Óscar por su interpretación de Truman Capote, fue encontrado muerto en su casa de Manhattan con una aguja todavía clavada en el brazo el 2 de febrero. Tenía 46 años.
“Causa de muerte: intoxicación aguda debido a una mezcla de drogas, que incluyen heroína, cocaína, benzodiazepinas y anfetaminas”, indicó en un breve comunicado el portavoz del médico forense.
Las benzodiazepinas son medicamentos psicotrópicos utilizados especialmente en el tratamiento de la ansiedad y el insomnio.
En el apartamento del actor en Greenwich Village se encontraron más de 50 bolsas de heroína así como jeringas y medicamentos.
Hoffman era uno de los actores más valorados en Hollywood y uno de los chicos queridos por el cine independiente y su muerte causó una gran conmoción en Estados Unidos.
El artista, rubio y corpulento, había rodado una cincuentena de películas, como “Boogie Nights”, la saga “Juegos de Hambre”, “Magnolia”, “The Master”, o “El talentoso Sr. Ripley”.
Había reconocido tener graves problemas de droga y alcohol cuando tenía 20 años, pero haberse desintoxicado y no haber vuelto a tener problemas en 23 años. Volvió a recaer en 2012 y se sometió el año pasado a una cura de desintoxicación de 10 días. Era padre de tres niños.