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Aunque el nombre de Sally Hawkins no sea tan mundialmente reconocible como el de algunas de sus competidoras como Jennifer Lawrence o Julia Roberts, la actriz británica de 37 años ha ido aumentando exponencialmente su notoriedad en los últimos años, logrando en el proceso algunos grandes premios, y ahora aspira al más grande de Hollywood gracias a su ejemplar trabajo en Blue Jasmine.
Sally Cecilia Hawkins nació el 27 de abril de 1976 en Dunwich, Londres (Inglaterra), hija de una pareja de autores de libros infantiles. Tras terminar el colegio estudió actuación en la Academia Real de Artes Dramáticas, graduándose en 1998.
Ese mismo año tuvo su debut como actriz de teatro en una versión de la obra Muerte accidental de un anarquista. Durante los siguientes cuatro años seguiría actuando de manera consistente en teatro, participando en obras como Romeo y Julieta y Sueño de una Noche de Verano.
Eventualmente Hawkins llamó la atención del respetado cineasta británico Mike Leigh, quien le dio un papel secundario en su drama de 2002 All or Nothing, interpretando a la hija adolescente del colega del protagonista del filme, un taxista londinense interpretado por Timothy Spall.
Leigh volvería a reclutar a Hawkins para su siguiente película, la aclamada Vera Drake, sobre una mujer de clase trabajadora de Londres (Imelda Staunton) que realiza abortos. En esta ocasión el papel de Hawkins fue un poco más amplio, protagonizando una subtrama en la que interpreta a la hija de una de las clientes de la protagonista, que queda embarazada tras ser violada y busca la forma de conseguir un aborto.
Como los demás miembros del elenco, Hawkins tuvo que improvisar mucho de su actuación, un estilo predilecto del director Leigh. La película fue nominada a tres premios Óscar.
Ese mismo año Hawkins obtuvo un rol secundario como la novia de un mafioso en el thriller de Matthew Vaughn Layer Cake, y dos años después filmó escenas del drama de John Curran Al otro lado del mundo, que acabaron no siendo incluidas en el corte final de la película.
Manteniéndose activa en el teatro, Hawkins recién reaparecería en la pantalla grande en 2007, en el thriller de suspenso y terror WΔZ , y ese mismo año pudo trabajar por primera vez para el legendario director neoyorquino Woody Allen, en su thriller El Sueño de Casandra, en el que interpretó a la prometida del personaje interpretado por Colin Farrell. El filme fue recibido con críticas mixtas.
En 2008 Hawkins se vería bañada de prestigio cuando de nuevo se puso a las órdenes de Mike Leigh para protagonizar su nueva película Happy-Go-Lucky, sobre la vida de Pauline “Poppy” Cross, una maestra de escuela de 30 años, soltera y de personalidad siempre alegre.
La película fue recibida con alabanzas unánimes de los críticos, con muchos de ellos incluyéndola en sus listas de las diez mejores del año, y Hawkins fue especialmente elogiada por su interpretación, yendo a ganar varios importantes premios, incluyendo el Globo de Oro a la mejor actriz en comedia.
Desde Happy-Go-Lucky Hawkins incrementó bastante su ritmo de trabajo en el cine. En 2009 tuvo un rol secundario en la aclamada película de Lone Scherfig An Education, y papeles protagónicos en la comedia Happy Ever Afters y el drama Desert Flower.
En 2010 compartió pantalla con Andrew Garfield y Keira Knightley en el drama romántico de ciencia ficción Never let me go, interpretando a la maestra de los protagonistas. Además tuvo un rol de reparto en la comedia It's a Wonderful Afterlife y lideró el elenco de la película Made in Dagenham, sobre una histórica huelga llevada a cabo por las trabajadoras de una fábrica de autos Ford en Gran Bretaña, que protestaron contra la discriminación sexual en 1968. Hawkins interpretó al personaje ficticio de Rita O'Grady, que lidera la protesta.
Al año siguiente formó parte del elenco de la aclamada comedia dramática Submarine, dirigida por el comediante Richard Ayoade sobre un adolescente y su vida amorosa y familiar, y tuvo otro rol de reparto en el drama Jane Eyre de Cary Fukunaga, interpretando a un personaje mucho más cruel y malicioso que los que acostumbraba. Ese año también protagonizó la comedia romántica Love Birds.
En 2012 solamente interpretó un pequeño papel en la adaptación del director Mike Newell del clásico literario de Charles Dickens Grandes Esperanzas, y luego filmó junto a Paul Giamatti y Paul Rudd la comedia dramática All is Bright.
Pero lógicamente su gran película de 2013 no fue otra que Blue Jasmine, su segunda colaboración con Woody Allen, sobre una mujer de la alta sociedad neoyorquina (Cate Blanchett) que queda en la quiebra y severamente perturbada luego de que su marido fuera arrestado por el FBI por fraude, por lo que va a vivir con su hermana de clase trabajadora a San Francisco.
Aunque Blanchett resultó el objeto de la mayor parte de los elogios dirigidos al filme -y se halla como la principal favorita a llevarse el Óscar a la mejor actriz-, Hawkins también fue muy aplaudida por su interpretación de la exhasperada hermana de la desequilibrada Jasmine.
El filme le da a Hawkins su primera nominación a un premio Óscar, en la categoría de mejor actriz de reparto.