Padre de los Cazafantasmas apuesta por un cine más adulto

LOS ÁNGELES. Tras una carrera dedicada a hacer reír con películas como las dos entregas de “Los Cazafantasmas”, Ivan Reitman quiso dar el paso hacia un cine más dramático y adulto.

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Es una decisión en la que se reafirma tras el reciente fallecimiento de su gran amigo Harold Ramis.

Ramis, protagonista de la saga junto a Bill Murray y Dan Aykroyd, murió el 24 de febrero. Inmediatamente, Reitman supo que no tenía sentido dirigir la tercera entrega, aunque ejercerá como productor.

“La gente se va a llevar una alegría enorme cuando la hagamos finalmente”, dijo Reitman. “Tenemos un guión muy bueno que depende de Bill y Dan muy poco. No es una 'remake'. Esas películas son geniales y no hay que hacerlas de nuevo. Es una continuación. Nueva York les necesita de nuevo. La cinta será satisfactoria para los 'fans'”, afirmó.

El realizador admitió que Murray, en este punto de su carrera, no está interesado en grandes franquicias como esa y que prefiere rodar obras pequeñas e independientes.

“Mis películas no habrían sido tan buenas sin él. Hay cierto nivel de independencia y excentricidad en él, pero es parte de lo que le hace especial”, sostuvo Reitman, quien confirmó que la relación entre Murray y Ramis se enfrió durante el rodaje de Groundhog Day.

“Cuando trabajas mucho con alguien es fácil entrar en conflictos. En aquella película, una de las mejores de sus carreras, tuvieron un momento difícil en el set, pero lo arreglaron antes de la muerte de Harold”, desveló.

Reitman está orgulloso de Draft Day, de estreno el día 11, una cinta sobre todo lo que ocurre entre las bambalinas del “draft” (sorteo universitario) de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) que le ha alejado de los lugares comunes de su filmografía, como ya hicieran Dave o Six Days Seven Nights.

Draft Day es la película más dramática de mi carrera”, indicó el realizador de 67 años. “Para mí es, sobre todo, una película de suspense que se desarrolla en este mundo enorme y complicado dentro del deporte mas popular de EE.UU.”, agregó.

El mánager de los Cleveland Browns, Sonny Weaver (Kevin Costner), tiene la oportunidad de reconstruir su equipo cuando logra elegir en el primer puesto, y deberá imponer su criterio a pesar de la presiones de la franquicia mientras trata de hacer frente a su complicada vida personal.

“No estaría contento si la historia no funcionara para todos los públicos. Me gustaría que la cinta se pudiera ver y entender en España, así que fui cuidadoso con la narración para conseguir una película excitante incluso para quienes no conocen el deporte”, declaró Reitman.

Para dar esa credibilidad a la historia, qué mejor que contar con Costner, el “prototipo del hombre americano”, según el cineasta, que ya intervino en filmes deportivos como Bull Durham, Field of Dreams, Tin Cup y For Love of the Game.

“Tiene esa cualidad que le hace verosímil. Cómo habla, cómo se mueve. Es una estrella como lo era Gary Cooper en los viejos tiempos. Uno siente fascinación cuando lo ve en la pantalla. Le crees. Le quieres creer. Y padeces todo lo que le ocurre”, manifestó.

Dar órdenes a Costner, ganador del Óscar al mejor director por Danza con Lobos, fue sencillo para Reitman porque ya tenía experiencia en una situación así. En Legal Eagles tuvo a Robert Redford poco después de ganar su estatuilla como director por Ordinary People.

“Aprendes a ser inteligente cuando trabajas con gente de logros extraordinarios. Hay una manera en la que dirigirte a ellos y usar las cosas que te comentan a tu favor”, sostuvo.

A Reitman, autor de obras tan conocidas como Meatballs o Stripes, le cuesta decantarse por los proyectos que asume como director, ya que, según afirma, debe enamorarse del guión.

“Voy a ser más agresivo en el futuro. Espero demasiado”, concedió. Su próxima aventura, sin embargo, no será la secuela de Gemelos, la película que lanzó a Arnold Schwarzenegger como cómico, una línea que siguió en Un Detective en el Kinder y Junior, también rodadas con Reitman.

“No creo que sea el camino que debo tomar. No voy a ser más joven y quiero seguir con temas adultos”, admitió.

Sobre Schwarzenegger, que encadena fracaso tras fracaso desde que abandonara la política, apuntó: “Es un momento difícil. Su físico lo convirtió en un ícono de acción y ya tiene 66 años. El de hoy es un mundo diferente. Aún es una estrella, pero no ha dado con la tecla para reconducir su carrera”.

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