“Es un privilegio y un honor recibir esta distinción. La aprecio profundamente. El cine es algo que concierne a mucha gente. Este Oso de Oro es también para la gente de mi equipo, para quienes me han acompañado a lo largo de estos años”, declaró antes de asistir a la ceremonia en el Palacio del Festival de cine de Berlín, donde se proyectará uno de sus filmes más conocidos, Lloviendo piedras.
Loach, realizador de unas 30 películas, entre ellas El viento que acaricia el prado, ganadora en 2006 de la Palma de Oro del Festival de Cannes, dijo no estar muy seguro de seguir haciendo cine a causa de su edad.
“Veremos. Se necesita mucha energía física para hacer una película y uno la va perdiendo. El cuerpo se cansa”, declaró. Loach rindió homenaje a su guionista, el escocés Paul Laverty, que ha escrito los argumentos de nueve de sus películas.
“Cada película ha sido un periplo. Somos un equipo. Partimos de sucesos, nos concentramos sobre un microcosmos, buscamos contar la historia de la gente, en Escocia o en Irlanda, arrojar luces sobre la sociedad en que vivimos, crear personajes”, explicó.
Loach, cuyo cine se ha caracterizado por sus temas sociales, se refirió a la crisis que golpea a Europa.
“En Gran Bretaña, hace 30 años, había energía para luchar contra el desempleo masivo. Ahora parece que la gente lo acepta. Es un desafío reanimar a la izquierda”, dijo. “En Europa la situación es peor ahora. Es un continente para las grandes empresas, la mano de obra se utiliza para defender los intereses de las grandes fortunas. Creo que el futuro está en la cooperación entre los países europeos y no en la competencia”, recalcó.
Ken Loach expresó su confianza en que el cine seguirá atrayendo al público. “El cine seguirá existiendo porque no es lo mismo ver una película en un teatro que en la televisión. El cine permanecerá porque lo amamos”, dijo.