“Oblivion”, una ventana con vistas al fin del mundo

LOS ÁNGELES. Desde su atalaya flotante, Tom Cruise contempla el abismo de un mundo donde las ruinas son el único vestigio de una civilización extinta, una mirada nostálgica que sienta el tono apocalíptico de “Oblivion”.

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La cinta combina el drama personal e introspectivo del ingeniero Jack Harper (Cruise) antes de cumplir con su última misión y despedirse para siempre de su planeta, con la acción propia de una superproducción de Hollywood que va cobrando protagonismo en el filme a medida que se desarrolla la trama.

“Es una historia universal que tiene lugar en el futuro, pero no la calificaría de ciencia ficción solo para aficionados. Se trata de un hombre que descubre algo dentro de sí mismo, su proceso para convertirse en héroe, la persistencia del verdadero amor”, explicó Kosinski en un encuentro con periodistas en Los Ángeles.

“Oblivion”, que se estrena el 12 de abril, es el segundo largometraje de este realizador venido del campo de la arquitectura, y el más personal hasta la fecha. El argumento está basado en un relato corto que escribió ocho años atrás para combatir la frustración que le producía su escasa suerte a la hora de encontrar anuncios y vídeos musicales que dirigir, trabajo al que quería dedicarse tras mudarse al sur de California.

“Para evitar volverme loco, empecé a escribir esta historia que pensaba que podría servir como una gran primera película”, comentó el cineasta que se inspiró en títulos como “Blade Runner”, “2001: Odisea en el Espacio”, “Star Wars” y la obra de Alfred Hitchcock.

Cuando dio por finalizado el texto la meca del cine estaba en plena huelga de guionistas (2007) y Kosinski se encontró con que no podía contratar a nadie para adaptar su prosa a un formato cinematográfico, así que en vez de guardar la obra en un cajón la convirtió en una novela gráfica.

Después llegó su oportunidad de dar el salto a la gran pantalla de la mano de Disney y la secuela de “Tron” (de la que preparará una tercera parte) . Tres años de su vida en los que “Oblivion” fue tomando forma y color sobre el papel a través de la editorial multimedia Radical Studios.

Fue la idea recogida en la novela gráfica lo que llamó la atención de Tom Cruise, que se sumó al proyecto antes de que existiera un guión. Su incorporación fue el último impulso que necesitaba Kosinski para conseguir su objetivo. Después se embarcó Universal y el resto del reparto.

Morgan Freeman, Olga Kurylenko y Melissa Leo aparecen en el filme ambientado en la Tierra dentro de 70 años, después de una guerra atómica contra hordas alienígenas que optaron por destrozar la luna para generar un cataclismo y sembrar el caos, unos elementos que recibieron el visto bueno de los científicos de la Nasa, según confirmó Kosinski.

De la devastación surgirá la esperanza cuando el personaje de Cruise rescata a una extraña de un nave accidentada. “Es una película sobre tres personas y hay un drama real, hay algunas cosas para público adulto”, explicó Kosinski en referencia a una escena erótica en una piscina de fondo transparente que forma parte de la vivienda de Jack Harper, una plataforma entre las nubes desde donde sale cada día en su misiones de trabajo.

“Oblivion” fue rodada con tecnología digital de altísima resolución (4K), sin la parafernalia de las tres dimensiones, y pensada para pantallas de gran formato IMAX.

Kosinski trató de limitar el uso de escenografía virtual y cromas y grabó paisajes panorámicos del cielo de Hawai desde la cima de un volcán para incluirlas en el filme, unas imágenes que proyectó en el set de grabación durante el rodaje.

“Cuando los actores están mirando por la ventana las nubes, no hay efectos visuales. Esa luz les ilumina como si hubiera sido construida para tal efecto”, dijo el cineasta que rodó los exteriores en Islandia y contó con el director de fotografía chileno Claudio Miranda, recién ganador de un Óscar por “Una Aventura Extraordinaria”.

A diferencia de clásicos de ciencia ficción más oscuros, donde la noche se impone, “Oblivion” es una película diurna que, a pesar de hacer más visible la desolación, busca transmitir en último lugar la “visión optimista sobre el futuro”.

“Siento que es una historia muy completa, creo que es satisfactoria en sí misma”, manifestó Kosinski, que aprendió de los errores de “Tron: El Legado”.

“'Tron fue un trabajo en el que había cosas pendientes todo el tiempo. El listón que me fijé esta vez para el guión era muy alto. Lo cerramos antes de empezar a rodar y es lo que se ve ahora en la película. Con 'Tron' no tuvimos ese lujo”, confesó.

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