El artista británico trató de recuperar el carácter solitario de su obra maestra en la última adaptación al cine de The Wall, que en un primer nivel es una película sobre una serie de conciertos, pero en otro es una meditación sobre la odisea personal de Waters y el costo de la guerra.
Titulada simplemente Roger Waters The Wall, la película se estrenó el lunes por la noche en Nueva York y se proyecta internacionalmente a partir de esta semana. “Va a sonar duro, como cualquier acto de rock and roll”, advirtió Waters a la multitud en una breve presentación de la cinta. “Espero que (la película) los conmueva”, añadió.
En efecto, Roger Waters The Wall abre con una explosión intensa que suena como un accidente y la imagen de un avión estrellándose contra una multitud se repite a lo largo de toda la película, que muestra escenas de la gira de la banda entre 2010 y 2013. Pero gran parte de la película muestra a un silencioso y sombrío Waters, de 72 años, durante sus viajes en automóvil por Europa, donde rinde tributo a su padre, quien falleció en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, y su abuelo, quien falleció en Francia en la gran guerra anterior.
En el contexto de la exuberante fotografía de Francia y de Italia, Waters describe su vida como el legado de una doble tragedia —porque son dos generaciones de hijos que no conocieron a sus padres— y cuenta que de niño lo acosaban pesadillas en las que él mataba a su padre. “Ese niño en mí se sintió responsable por todo lo que había pasado”, dice Waters en la película.
Waters, conocido por su fuerte personalidad y sus enfrentamientos con sus excompañeros de banda en Pink Floyd, aparece llorando frente al monumento a su padre en Italia. En otra escena, en una barra de hotel en la campiña francesa, está tomando solo y contándole sus tribulaciones al barista, que no entiende su inglés.
Lanzado en 1979, The Wall fue un álbum conceptual que marcó un antes y un después en la historia de la música. Sigue al personaje Pink, cuyo padre muere durante la Segunda Guerra Mundial y quien sufre grandes humillaciones en la escuela, que lo llevan a disociarse de la sociedad donde vive.
Waters basó el personaje en parte en sí mismo pero también en Syd Barrett, el exlíder de la banda que sufría una enfermedad mental debilitante. The Wall se convirtió en una inquietante película en 1982 que, desde entonces, ha sido ampliamente considerada como una metáfora política.
En un concierto que aparece reproducido en la nueva película, Waters expone una foto de Jean Charles de Menezes, el brasileño de 27 años que fue abatido en el metro de Londres porque fue confundido con un atacante suicida luego de los ataques de 2005. “Dedico este concierto a él y a todas las víctimas del terrorismo de estado en el mundo”, dijo Waters en francés en un concierto en París.
También rinde tributo en la película a otras víctimas, entre ellas Neda Agha-Soltan, una transeúnte que falleció durante las protestas de 2009 en Irán, y Rachel Corrie, una activista estadounidense que murió cuando intentaba detener un tractor dispuesto a demoler un hogar palestino.
La película también muestra escenas de los conciertos en Atenas y Buenos Aires, donde Waters tira abajo dramáticamente una pared con impactantes efectos especiales. Según la revista Billboard, la gira generó más de 450 millones de dólares, lo que la convierte en la tercera más exitosa de la historia.